Niña transgénero encuentra apoyo y aceptación en su familia evangélica

Con tan solo 10 años Rebekah Bruesehoff se ha convertido en una activista en pro de los derechos de la comunidad LGBTI. La pequeña, oriunda de New Jersey, Estados Unidos, fue llamada Ben al momento de nacer; sin embargo, su madre explicó que la niña nunca se sintió cómoda con el género masculino. Al contrario, solía mostrarse triste y confundida.

Los padres de Rebekah explicaron que la situación se volvió crítica cuando la niña intentó saltar de un segundo piso. En ese momento, cuentan, decidieron contactar con un especialista en casos de transgéneros,  llevándolos  a comprender que Ben era en el fondo una niña. 

'Soy una niña en mi cabeza y en mi corazón', afirma la pequeña.

Con el cambio, los padres sintieron que Rebekah prácticamente había vuelto a nacer, pero ahora, con toda la felicidad que siempre debió sentir. "Dios no ha dejado de amar a nuestra hija por su identidad de género. (...) Esto es lo que ha sido siempre, lo que Dios creó para ella, y tal como he oído de tantos a quienes les gusta debatir las identidades de género, Dios no comete errores", dice su madre.

Cuando ven fotos de Ben, solo piensan en que son parte del pasado. Hoy, Rebekah participa en charlas y marchas defendiendo los derechos de las personas transgénero y contando su experiencia de transición.  

Su padre, quien es un pastor evangélico, es uno de los que más la incentiva para que haga pública su experiencia; no solo la de ella, sino la de toda la familia que también está compuesta por otros dos hijos.

El caso de Rebekah ha generado comentarios de apoyo y de crítica. Algunas personas, por ejemplo, se refieren al 'asunto trans' como una 'enfermedad mental'.

Por eso, una de las preocupaciones de los padres de Rebekah es cómo será tratada en el futuro. "Veo mucha fealdad en el mundo", afirma su padre.