Las clínicas jurídicas de los programas de derecho de las instituciones de educación superior son modelos pedagógicos que desempeñan un papel crucial en la intersección entre la educación legal y la protección de los derechos humanos, ofreciendo una plataforma única para que los futuros abogados se involucren activamente en la defensa de los más vulnerables. Su relevancia radica no solo en la formación práctica y ética que proporcionan a los estudiantes de derecho, sino también en su capacidad para mejorar el acceso a la justicia para aquellos que tradicionalmente han sido excluidos del sistema legal. Al ofrecer servicios legales gratuitos o a bajo costo, las clínicas jurídicas no solo empoderan a las comunidades marginadas, sino que también contribuyen a la realización efectiva de los derechos humanos. En un mundo donde el acceso equitativo a la justicia sigue siendo un desafío, las clínicas jurídicas se erigen como un puente esencial entre el conocimiento legal y la acción social, promoviendo un sistema legal más justo y accesible para todos
El concepto de las clínicas jurídicas ha evolucionado a nivel mundial, influenciado por diversas tradiciones jurídicas y necesidades sociales. Mientras que en Estados Unidos las clínicas jurídicas comenzaron a desarrollarse a mediados del siglo XX, en otras partes del mundo, este modelo se adoptó en diferentes momentos y con distintos enfoques.
En Europa, el desarrollo de las clínicas jurídicas fue más lento en comparación con Estados Unidos, debido a la estructura más conservadora de la educación legal. Sin embargo, hacia finales del siglo XX y principios del XXI, varios países europeos comenzaron a incorporar clínicas jurídicas en sus currículos, inspirados por el éxito del modelo estadounidense y la creciente demanda de educación práctica en derecho (Giddings, 2013).
En América Latina, las clínicas jurídicas comenzaron a establecerse en la década de 1990 como parte de un movimiento más amplio para democratizar el acceso a la justicia. Estas clínicas, a menudo ubicadas en universidades públicas, han desempeñado un papel crucial en la provisión de servicios legales a comunidades marginadas, al mismo tiempo que ofrecen a los estudiantes una valiosa formación práctica (Wilson, 2009).
Impacto de la Metodología de Práctica-Aprendizaje en la Clínica Jurídica de la Universidad del Magdalena
De esta forma, dentro de la labor de la clínica jurídica de la Universidad del Magdalena ha sido necesaria la implementación de enfoques diferenciales para brindar la atención y asesoría jurídica a las poblaciones focalizadas donde se ejecutan brigadas de atención jurídica. Más allá de seguir un protocolo de atención diferencial e inclusivo para el momento directo de atención al usuario, el enfoque diferencial se incluye dentro de las capacitaciones brindadas a los estudiantes de la clínica jurídica como estudiantes de derecho y se consolida con la práctica continua de los postulados de dicho enfoque en las acciones realizadas de manera exclusiva con la labor clínica.
Gracias a este modelo pedagógico, los estudiantes del equipo de clínica jurídica trabajan con la libertad de descubrir las problemáticas que afectan a la comunidad y proponer soluciones y medidas para ellas, con el apoyo de los docentes del equipo y de los demás estudiantes que hacen parte de él. De esta forma, se han gestionado acciones populares, acciones de tutela, revisión y estudio de normas nacionales, proyectos de investigación, brigadas jurídicas, jornadas de pedagogía y formación en derecho con las que se han beneficiado a la población samaria y colombiana.
La asesoría jurídica que brindan los estudiantes de la clínica jurídica de la Universidad del Magdalena, junto al acompañamiento de los docentes que autorizan y dirigen de manera óptima sus propuestas y acciones, se fundamentan en los fines del litigio estratégico, la investigación socio-jurídica y la labor social, con el fin de proteger los derechos de la población vulnerable, que no tiene un fácil acceso al sistema judicial, ya sea por dificultades personales o por impedimentos del sistema.
Como abogada y docente coordinadora de clínica jurídica puedo exaltar que la experiencia en la clínica jurídica de la Universidad del Magdalena mejora significativamente las habilidades prácticas y el compromiso social de los estudiantes de derecho y resignifica la enseñanza del mismo.
* Melina Quintero Santos es docente y Coordinadora de Clínica Jurídica de Unimagdalena
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