¿Por qué algunos sienten que pagan más impuestos que otros? La percepción de la injusticia tributaria en Colombia

Cada vez que llega la temporada de declaración de renta, se anuncia una nueva reforma o, como ocurrió hace poco, el Gobierno expide un nuevo decreto tributario, se activa un debate que ya es parte del panorama colombiano: ¿Por qué yo tengo que pagar tanto, si otros no pagan nada? Una pregunta que se repite en todos los niveles y que refleja una sensación general de injusticia frente a los impuestos.
No se trata únicamente de cifras o cálculos fiscales, sino de algo más profundo: la sensación de que el sistema es desigual, poco claro o incoherente, y que no siempre cobra más a quien más tiene, ni protege al que más lo necesita. ¿Es cierto que unos pagan más que otros? ¿Es solo una percepción o hay razones detrás de este descontento? Voy a explicarlo de forma sencilla:
Colombia, en teoría, tiene un sistema progresivo: quien más gana, es quien más debería pagar. Sin embargo, en la práctica, hay muchas excepciones y beneficios especiales que hacen que esto no siempre se cumplan, sumado a que hay mecanismos que le permiten a algunos sectores o personas disminuir considerablemente su carga fiscal, mientras otros las afrontan sin medidas de contención. Y para entenderlo, puedo nombrarles varios ejemplos, como: Un empleado con salario paga impuestos automáticamente vía retención en la fuente, con pocas opciones para reducir su carga tributaria. Por otro lado, un trabajador independiente, puede acceder a más deducciones que el contribuyente anterior. Y finalmente una empresa puede tener exenciones dependiendo de su ubicación, el tipo de actividad que desarrolle o por pertenecer a un régimen especial.
Este tipo de diferencias genera una sensación de injusticia: no todos tienen las mismas herramientas para proteger su dinero frente al Estado. Y a esto se le suma otro problema: la falta de retorno visible del dinero que se paga. Porque cuando los servicios de salud colapsan, la educación pública es insuficiente o las vías están deterioradas, pagar impuestos se siente más como una “obligación punitiva” que como una contribución solidaria y constitucional. Y es ahí donde se pierde la confianza en el sistema, y el impuesto deja de ser un pacto social para convertirse en una obligación sin sentido.
También está el tema de la informalidad laboral, que representa casi el 45% del empleo en Colombia. Muchas personas no pagan impuestos de forma directa, aunque sí lo hacen de manera indirecta al pagar IVA o Impuesto al Consumo. Y la evasión fiscal, especialmente en los sectores de mayores ingresos, sigue siendo un problema que refuerza la sensación de que no todos juegan con las mismas reglas. Y como si fuera poco, recientemente se sumó un nuevo factor de controversia: el Decreto 0572 de 2025, mediante el cual el Gobierno Nacional modificó las tarifas de retención en la fuente y autorretenciones para varios sectores económicos. ¿El objetivo? Anticipar parte del recaudo de impuestos del año 2026 para obtener más ingresos en 2025 y así cubrir el déficit fiscal, que actualmente ronda el 7% del PIB.
Una decisión que podrá afectar negativamente a las pequeñas y medianas empresas, que ya enfrentan retos de flujo de caja y sostenibilidad.
Además, impacta a sectores clave para ciudades como la nuestra: Restaurantes, Transportadores y algunos tipos de alojamiento turístico. Sectores que no solo son necesarios para la economía local, sino que generan empleo y dinamizan el comercio en la región. Subirles la carga tributaria en un momento de recuperación pone en riesgo su estabilidad, especialmente en zonas donde aún se sienten los efectos de la desaceleración económica.
Algunos proponen reformar el sistema tributario completo, pero esto no es solo una tarea económica, es una urgencia ética y social, porque la equidad fiscal no solo se construye con cifras, sino con confianza. Y aunque la medida busca financiar proyectos clave para el país, ha generado una fuerte reacción por parte de diversos sectores políticos y económicos.
Más allá de las decisiones técnicas, lo que necesitamos es un sistema más justo, más claro y más equilibrado. Y para eso se requiere algo fundamental: pedagogía fiscal y transparencia. Muchos colombianos no saben cómo funciona el sistema tributario ni para qué sirve. Por eso es urgente hablar claro, explicar bien las normas y mostrar resultados. Solo así podremos reconstruir la confianza en el sistema y entender que los impuestos, bien usados, son una herramienta poderosa para el desarrollo. Pero mientras los ciudadanos sientan que algunos pagan mucho, otros nada, y que el retorno de esos impuestos es casi invisible, el descontento va a seguir creciendo.
Malka Zuley Torres Bravo – Contadora Pública - CEO Rentabilidad Total SAS BIC
Twitter @rtotal22
Instagram @rentabilidadtotal
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