La mamá de Jorge Camilo Gnecco aseguró que él y sus hermanas la quieren matar

Cargada de dramatismo y duros señalamientos, como si se tratara de una novela, es la historia narrada por María del Pilar Espinosa, la viuda del polémico empresario y dirigente político Jorge Gnecco Cerchar.

El 12 de agosto de 2001, se conoció la muerte de Gnecco Cerchar, quien fue asesinado en una zona rural del municipio de Bosconia, en el departamento del Cesar, junto con uno de sus escoltas. Según la viuda, a partir de este momento inició la disputa entre ella y la familia Gnecco por la millonaria herencia que dejó su esposo, esa misma por la que hoy también se enfrenta con sus hijos.

Del matrimonio Gnecco-Espinosa nacieron: Jorge Camilo, Andrea del Pilar y Valeria. El mayor de los hermanos es quien ha asumido las riendas de la fortuna de la familia, hasta el punto que en la actualidad es un reconocido empresario de la región desde el conglomerado empresarial que dirige: Morano Gruppo.

Espinosa aseguró a Noticias Uno que sus descendentes han buscado la manera de ‘sacarla del camino’ para no dejarla participar del dinero que también le corresponde. De esta manera, la mujer sugiere la responsabilidad de sus hijos en el atentado que la dejó lisiada.

El crimen ocurrió en enero de 2011 cuando el vehículo en el que se movilizaba fue interceptado por varios hombres armados que le propinaron cinco tiros en la cabeza y tres en el cuerpo. Las heridas causadas la dejaron con secuelas severas que le redujeron sus capacidades.

“Quien va a sospechar que un hijo tuyo te va a mandar a matar”, afirmó y señaló además que “La tía Cielo María Gnecco Cerchar es el cerebro mis tres hijos, los ha manipulado, para que atenten contra mi vida”, aseguró Espinoza, mientras recuerda aquel día de la madre de 2008, que sería el último momento en que vivió con tranquilidad y disfrutó del afecto de sus hijos.

Por su parte el apoderado de la familia dijo que las afirmaciones hechas por Espinosa no le caben en la cabeza a nadie y asegura que, “Casualmente se pueden dar coincidencias, pero de ninguna manera sus tres hijos van a matar a su madre”, y resalta además que “el problema no es ella, son espíritus malignos que están en ella y la hacen pelear con sus hijos”, afirmó Samuel Bacca.

El comienzo de la disputa madre e hijos

Este escándalo que ha sido uno de los que más ha generado conmoción en la élite samaria, inició en 2008, cuando de acuerdo a lo relatado por María del Pilar, su hijo mayor, Jorge Camilo, decidió irse de la casa con sus dos hermanas, que para el momento de los hechos tenían 16 y 13 años.

En una publicación realizada por la Revista Semana la viuda narró lo que ella denomina como la “trampa” orquestada por toda la familia para quitarle el control de todas sus empresas. Al parecer, la mujer fue dopada y remitida a la Clínica Montserrat, de la capital del país, donde la ingresó por supuestos problemas con las drogas y el alcohol. Sin embargo, luego de 10 días de estar recluida logró demostrar que se encontraba sana y fue dada de alta.

En las semanas que siguieron María del Pilar tuvo una franca mejoría, pero cuando quiso retomar sus asuntos supo que había perdido el control sobre ellos. Bienestar Familiar le dio la custodia de sus dos hijas a una hermana suya, sus cuentas fueron bloqueadas, los carros y documentos que tenía en Bogotá y Santa Marta habían desaparecido y la mayoría de sus 700 empleados -repartidos en cuatro empresas- habían sido notificados de que el nuevo jefe único era el joven Jorge Camilo Gnecco Espinosa.

Según la mujer le falsificaron la firma mientras se encontraba recluida en la clínica. Por su parte, en su momento, el hoy distinguido empresario aseguró que su mamá "está mal de la cabeza". Y que si la internaron fue para salvarla de sus problemas de adicción. Además, afirmó que tomó el control de las empresas porque se trata de un patrimonio familiar que su mamá venía dilapidando.

En la actualidad, Espinosa continúa su lucha legal por recuperar lo que ella asegura le pertenece. La mujer está a punto de perder lo poco que le queda, una pensión para su manutención, que recibe a cambio de no dar a conocer sus sospechas sobre el origen del atentado del que fue víctima.

“En el contrato había un pacto, que si ella violaba el acuerdo se dejarían de cumplir estas cuotas y es lo que acaba de suceder porque acude a la televisión”, resalta Bacca. El pacto con sus hijos consistía en no hablarle a la prensa sobre el caso de la familia Gnecco.

El vocero de sus hijos dice que en realidad ella no es dueña de nada. Pero ella no sólo quiere que dejen de estigmatizarla, sino que la justicia civil le devuelva la riqueza y que la Fiscalía investigue el atentado que le cambió su vida por completo.

“Señor fiscal: tenga un poco de humanidad conmigo, que me han hecho cosas horribles, la familia Gnecco”, puntualizó María del Pilar Espinosa.