El ocaso del niño y su partido

Hace algunos días, el joven simón, el hijo del expresidente Gaviria, salió a afirmar a los medios de comunicación que el vicepresidente German Vargas Lleras lo había citado a altas horas de la noche en algún restaurante de Bogotá para proponerle que fuera su fórmula vicepresidencial en las elecciones del próximo año. Que chiste. 

La “bomba” cayó con múltiples sabores para la opinión, especialmente para los partidos de la unión nacional -marital dirán-, que prefirieron aguardar hasta que el mismo vicepresidente confirmara o desvirtuara la reunión. Y lo confirmo desvirtuando a medias: no hubo tal “propuesta”, pero no desmintió si hubo tal reunión. Ya uno no sabe a quién creerle cuando de citas se trata hasta que se demuestre lo contrario, tal como resultó la de Iván Duque con los Zuluaga en Brasil. El chiquitín senador quedó al descubierto aunque no haya sido parte de los “entuertos” del otro niño genio y aventajado como lo es David Zuluaga.

Muchos llegaron a pensar que el vicepresidente tenía los propósitos de adelantar la división del liberalismo para evitar las precandidaturas del Ministro Cristo y del senador Juan Manuel Galán, de mermar las aspiraciones de Humberto de La Calle con respecto a Cesar Gaviria y de mantener a raya a los de la Unidad Nacional por la incipiente identidad frente al tema de la paz que hay entre los anteriores y tomar ventaja sin temor alguno.

Pajazos mentales para los que creen en eso. German Vargas Lleras sabe que una coalición con el director de planeación es gastar pólvora en gallinazos, es reventarse ya no las manos como pretendieron en su momento algunos, sino despedirse de ese sueño que ha construido hasta con coscorrones recientes.

Vargas Lleras conoce de antemano que el joven simoncito no representa la unidad del partido liberal y los intereses de sus miembros, y menos cuando no ha existido la tal unidad de la que con tanta bravuconada defienden algunos dinosaurios de esa colectividad, que dicen una cosa hoy y terminan dándole duro al día siguiente al pupitre de la plenaria como reclamo airado  y exigente hacía un gobierno que le reclama que no se olvide de los réditos burocráticos que mantienen a ese circo de la caracas con 36.

No sé sabe a quién le estaba haciendo el mandado el muchachito –pero hizo la vuelta-. Quisieron –o quiso- llamar la atención para ver si la propuesta cuajaba, para ver si de verdad existía un respaldo de la mayoría de excongresistas y actuales senadores y representantes, de ministros y exagentes de todas las coaliciones del gobierno, pero terminó el tiro saliéndose por la culata para el que afirmaba semejante barbaridad a futuro y el que negaba tajantemente dicha proposición, porque salieron a apaciguar las aguas turbias que dejó el chisme de locura de corredor de club.

Se insinúa que Vargas Lleras no tiene el respaldo electoral y la autoridad moral para pasar a segunda vuelta por la poca votación de cambio radical en las elecciones locales y por la desbancada que han sufrido algunos de sus elegidos gobernadores y alcaldes, en razón a sus vinculaciones delictivas por narcotráfico, cohecho, peculado y homicidios.

Sin embargo, tal apreciación es producto de la efervescencia actual y que con el tiempo se ira diluyendo por la amnesia colectiva con que el país nacional vota para esa fechas, olvidando el pasado y dándole bienvenida al futuro, más cuando las elecciones presidenciales son diferentes a las locales, cambiando el estereotipo de los candidatos y los programas tanto en expectativas y presupuestos.

Esto apenas arranca y ya empezaron a tirar globitos de prueba que están moviendo el ajedrez político con desaciertos más que aciertos y que tienen a más de uno viendo para que toldas tiran. Sigue amaneciendo y seguimos viendo.  

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Y mientras tanto, la izquierda sigue sin entender que está pasando entre ellos. Dios los guarde en su cruzada. 

@JorgePerezSolan