El centro de todo

Caminar por la calle 19 hasta el cementerio San Miguel es un placer como pocos en Santa Marta. Ese paseo peatonal se ha ido poblando de pastelerías, bares, restaurantes y heladerías que hacen juego con los adoquines y las buganvillas de las casas. Cuando uno pasea por la calle 19 quisiera que el centro Histórico desde la calle 6 hasta la 22, y desde la avenida del ferrocarril hasta la carrera primera estuviera todo remozado para tener una experiencia igual de agradable.

Nadie puede olvidar lo que era el Centro Histórico hace apenas 20 años. Para la memoria es necesario decir que sólo tenía una decena de casas reconstruidas. El templete del parque de los Novios estaba descascarado, y sólo el restaurante Donde Chucho hacía presencia en aquél extremo ciego del parque. Ni los árboles parecían estar contentos en ese parque. Se veían tan deprimidos como los vecinos, los transeúntes y los turistas. Por supuesto el turismo posible era únicamente el de las vacaciones programadas, que llegaban a los hoteles de la ronda playera, porque no había nada más para ver.

Pero gracias a la remodelación del Centro Histórico los samarios y los turistas comenzamos a tener una nueva manera de habitar ese centro. El renacimiento del parque de los Novios fue la punta de lanza de un movimiento que puso de moda a Santa Marta. Tal vez la causa principal de la reciente inmigración de cachacos que han despertado entre los ciudadanos eso que llamamos El orgullo samario.

El Plan de Ordenamiento Territorial que ha presentado esta alcaldía quiere continuar con la segunda etapa de la recuperación del Centro Histórico. Se trata de un plan estratégico necesario si queremos que nuestra Santa Marta alcance una visión de futuro acorde con los tiempos que corren. Un plan que contemplará desde la avenida Campo Serrano hasta la del Ferrocarril y desde la calle sexta hasta la veintidós.

El valor histórico

El notable historiador Arturo Bermúdez Bermúdez, en su libro Piratas en Santa Marta relata cómo una y otra vez los corsarios se ensañaron contra las edificaciones más emblemáticas de la ciudad. Es todo un milagro que hayan sobrevivido algunas. Y cuando llegaron los tiempos de la República, los samarios hicieron sentir su optimismo en el pequeño casco urbano. De ahí las casas republicanas que quisiéramos ver recuperadas. Es cierto que esa recuperación solo se logrará de la mano de compradores privados, pero esos compradores necesitan saber que hay un plan de ciudad.  Y eso es, justamente, lo que ofrece este POT 500: la garantía de un desarrollo planeado, ordenado que convierta a Santa Marta en uno de los principales ejes estratégicos del Caribe en todo sentido.

Nadie se explica muy bien por qué el Centro Histórico cayó en esa barrena decadente después de los años setenta y casi hasta el despuntar el siglo XXI. Una de las hipótesis posibles se atribuye al impacto de la mal llamada “bonanza marimbera”, bien porque se convirtió a la ciudad en un campo de batalla, bien porque aquellos capos eran la ley y no había quién pusiera coto a sus caprichos urbanísticos.

De cualquier manera, Santa Marta ha soportado todos esos embates de la historia. Y si este Centro Histórico de Santa Marta ha sobrevivido a tanto es porque está llamado a ser el epicentro turístico, paisajístico, recreativo e histórico de la bahía “más hermosa de América”.

Los planes

Todos hemos comprado en la avenida Campo Serrano. Algunas personas se atreven a decir que ese desorden imperante es parte de nuestra cultura., cosa que es del todo arrevesada. Podría ser una versión apropiada para todos los que hacen del espacio público de todos, un espacio en donde apenas unos cuantos se benefician, apto solo para tenderetes. No es cierto que eso forma parte de nuestra cultura. Durante los años sesenta esa avenida era un comercio ordenado que todos los samarios disfrutaban por igual. Este POT500 propone reorganizar a los comerciantes que se toman abusivamente las calles y andenes que nos pertenecen a todos.  La idea es reordenar ese comercio en beneficio de todos, incluyendo a los comerciantes. Sin duda será un Plan de Ordenamiento Territorial socialmente incluyente.

A través de este Plan se pretende hacer frente a la falta de tratamiento adecuado del espacio público y de los diferentes inmuebles; al freno a la demolición y reemplazo de las construcciones tradicionales; a la ocupación del espacio público por parte de vendedores ambulantes y vehículos; al alto flujo vehicular de transporte pesado, público y privado por las vías perimetrales; al desplazamiento de la vivienda y progresiva pérdida de la función residencial; a la carencia de redes de alcantarillado pluvial o la falta de reconocimiento del Centro Histórico como patrimonio cultural por parte de la comunidad en general. Es decir, es un Plan que quiere enfrentar el toro por los cuernos.

Un punto clave de esta segunda fase serán las actuaciones sobre las carreras primera y quinta, el avance en la peatonalización de plazas y calles, la creación de ciclovías (actuaciones coordinadas con la implantación de la nueva organización del transporte público en base al SETP), la reubicación de vendedores ambulantes en espacios que configuren ejes turístico–comerciales, ocupación de locales por nuevos negocios y viviendas.

La recuperación del Centro Histórico impactará positivamente toda la ciudad. Y si a eso le sumamos que la recuperación se integrará de manera orgánica con la renovación urbana del entorno del Puerto y la recuperación del Tren de pasajeros para los samarios, pues vamos a tener una ciudad de lujo, preparada como las mejores para los retos del siglo XXI.