La fantasía y la realidad (faction), el amor propio, el compromiso y esfuerzo, y creer en uno mismo, son una de las tantas especialidades de Diana Vreeland.
Diana no se puede descifrar en pocas palabras, la verdad siendoles honesta, no creo que se pueda descifrar con ninguna cantidad de palabras. Revolucionó la moda, una moda para muchos y no para pocos. Con esta transportó a sus lectores, los hizo vivir las historias que creaba basadas en el arte y la historia. No importaba que sus historias estuvieran manchadas de pura fantasía, pues lo importante era lo que estas hacían sentir a sus lectores, que los hiciera vivir. Con Diana, la línea entre la fantasía y los hechos era inexistente.
Vreeland era fantástica, estaba llena de sorpresas y por eso les digo que no hay cómo definirla, porque hay tanto que ella nos mostró, que sería mentira si la encajara como algo. Aparte de permitir que la gente viviera la moda, que la gente se transportara de su casa, de la guerra y de sus problemas a la magia de sus historias, Diana nos enseñó lo que es el amor propio. Les pregunto: ¿Tienes un cuello largo? ¿Tus piernas son gruesas? ¿Tus dientes son separados? Diana nos dice ¡Potencialízalo! Ella encontró belleza en lo denominado ordinario, le dio protagonismo y educó al mundo para conocer otro tipo de bellezas. Sin saber, empezó lo que hoy revoluciona al mundo; el self love (amor propio).
Entre tantas cosas que identifican a Diana, una de esas es la palabra editora. Ella creó el denominado rol. ¿pero eso qué significa? Creó la idea del trabajo duro y el compromiso. De crear historias o conceptos, de dirigir y guiar el proceso creativo, de ser la líder y de explotar su creatividad al 1000%. La conocían como dura, frívola o cruel, tal cual como la película The Devil Wears Prada, que por si no sabían, está inspirada en ella. Pero en realidad era porque ella exigía a los demás lo mismo o más de lo que ella daba en el trabajo. Eso llevó a que la relación con las personas que trabajaba fuera de amor-odio.
Les cuento todo esto porque me parece importante que conozcan a este personaje, que sepan un poquito de quién fue Diana. La verdad es que a mí me enseñó y me ayudó demasiado en mi desarrollo profesional y por eso les escribo esto hoy. Entendí que a todas nosotras nos hace falta soñar. Creernos la historia, meternos en el papel. A nosotras nos hace falta una Diana Vreeland interior. Les hablo de ella hoy en esta nueva pieza de letras, pues sencillamente porque de ella aprendí que para triunfar, para lograr nuestras metas tenemos que creer que lo que queremos es posible, creer en lo que nos identifica y potencializarlo, aunque los demás no opinen lo mismo. Entonces cree en ti, sueña y materialízalo, pero sin dejar a un lado la fantasía, ésta siempre ayudará a potencializar nuestras ideas.
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