Ya está lista la vacuna del Covid-19, ¿y ahora qué?

El año 2020 ha sido un año turbulento por la aparición en China del virus COVID-19 que rápidamente se fue desplazando a todos los países del mundo. Empezó entonces una carrera frenética por el desarrollo de vacunas que pudieran detener el curso del virus y devolvernos lo más pronto a nuestra vida social y productiva.

Dos compañías, Pfizer y Moderna, lograron en tiempo record finalmente anunciar que sus vacunas han logrado ser seguras y con un 95% de efectividad. Listo, que maravilla, pero y ahora que? ¿Como hacemos entonces para que este logro maravilloso se pueda hacer llegar a todos los lugares posibles y de forma segura y efectiva?

Es el momento en el que entra a demostrar su capacidad la gestión del sector logístico y de la cadena de suministro de la vacuna.

Robin Townley de Washington, D.C., quien lidera la logística de proyectos especiales para A.P. Moller-Maersk, una compañía que administra logística de cadena de suministro y servicios de transporte a nivel internacional, dice que: “la carrera de la vacuna ya no es por salir del laboratorio, si no para que le llegue a los pacientes.”

Elaborar las vacunas fue algo majestuoso, pero los requerimientos técnicos y logísticos para lograr que lleguen a donde se necesitan se convierte en un reto sin precedentes.

Tomaré como ejemplo la vacuna de Pfizer para hacer una pequeña descripción de lo complejo de la titánica tarea de transporte y distribución de estos elementos. En el caso de Pfizer que ya inició su proceso de vacunación, debe mantenerse refrigerada, o más bien congelada a –70° Celsius. Para lograr esto se deben utilizar unos congeladores ultra fríos o el uso de hielo seco. Esto sin incluir los millones de jeringas, recipientes de vidrio, guantes y otros elementos de bioseguridad para el personal a cargo de las vacunaciones.

Con el fin de garantizar que todos los países puedan recibir la vacuna de forma justa y equitativa, la Organización Mundial de la Salud creó un mecanismo llamado COVAX, a través del cual Colombia ya ha logrado ir aumentado su cupo en un listado de aproximadamente 187 naciones, llegando hasta el momento a 20 millones de vacunas.

El gobierno nacional ya realizó un giro de $437.138 millones que salieron del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME, con el que se adquieren 10 millones de vacunas de la empresa Pfizer a un precio de $12 dólares cada una.

Por lo cual, lo primero que debe hacer el país es garantizar los insumos que se requieren en la cadena de frío para el transporte y conservación de la vacuna, y los elementos necesarios para su aplicación como son jeringas y elementos de bioseguridad para el personal encargado del proceso de vacunación.

Como lo mencioné anteriormente, se debe hacer uso de equipos especializados, como por ejemplo el congelador portatil Sterling Ultra Low Temp Freezer que mantiene temperaturas entre – 86° C a -20° C y cuyo precio aproximado en el mercado es de $6.500 dólares.

Es necesario realizado el proceso de diseño de los sitios de recepción y almacenamiento de la vacuna para poder a entrar a definir como se hará la operación de distribución.

El reto logístico es de tal magnitud que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha dejado claro que “para proporcionar una dosis única a 7 800 millones de personas serían necesarios 8 000 aviones de carga Boeing 747”. Y no existe en el mundo en estos momentos la flota suficiente de aviones para ese tipo, indicando la empresa Boeing que solo hay 2010 aviones de esos frente a 8000 necesarios.

Y es que el transporte aéreo es el llamado a enfrentar la primera fase de distribución mundial por la rapidez con que se desea enfrentar el virus. Pero este enfrenta unos obstáculos como es el uso de hielo seco en grandes cantidades para la conservación de la temperatura de la vacuna, lo cual sobrepasa los protocolos dispuestos para la seguridad por las autoridades aeronáuticas. Requiriendo, por lo tanto, la adecuación de la mayor cantidad de aeronaves disponibles para el transporte de esta carga especial.

Pero para poder aplicar la vacuna en Colombia primero el INVIMA debe realizar la certificación de la vacuna. Una vez obtenidos estos requisitos inicia la operación de última milla que garantice la llegada de las vacunas a puntos de vacunación, hospitales y clínicas elegidas para este proceso.

Dando inicio al proceso de vacunación a poblaciones de mayor riesgo que son los adultos mayores de 60 años, personas con comorbilidades y los trabajadores de la salud. En el caso de Colombia, según anunció el Ministerio de Salud, esta sería la Primera Fase que iniciaría en el primer trimestre de 2021.

Para dar cumplimiento a esta operación, el Ministro de Salud y Protección Social Fernando Ruiz ha informado que ya se tienen listas bodegas en todo el país para el almacenamiento de las vacunas con los equipos para la conservación de la temperatura optima que requiere.

Pero además debe diseñarse un complejo plan que de solución a los obstáculos que presenta la geografía colombiana, lo cual complica el transporte de la carga y, además, la conservación de la cadena de frío, teniendo en cuenta que en muchas regiones apartadas no se cuenta incluso con fluido eléctrico o lugares adecuados de almacenamiento. Solo piensen en como se haría para mantener esta cadena en regiones como la Alta Guajira.

En conclusión, el hallazgo de la vacuna del COVID-19 no es el fin de la pandemia. El mundo se enfrenta ahora al reto de poder garantizar la distribución de la vacuna de forma eficiente y segura a todos los rincones de la geografía mundial, y Colombia en particular se enfrenta a esta tarea con las limitaciones que presenta en su infraestructura y que de seguro propiciarán que se sigan creando nuevos megaproyectos que impulsen el desarrollo del transporte multimodal de carga en todo el país como el Plan Maestro Ferroviario que recientemente fue dado a conocer.

* El autor es Profesional en Comercio Internacional de la UCC – SANTA MARTA con Especialización en Logística y Transporte Internacional – Universidad del Magdalena