Por la reivindicación de los derechos de la mujer afrolatina y del Caribe

Hoy se conmemora la lucha y la entereza  de decenas de miles de mujeres afrolatinas que, a través de los años, han desafiado los mayores obstáculos impuestos por sociedades machistas y racistas que aún se resisten al respeto y la igualdad de los derechos.

Aquella reunión en República Dominicana en 1992 dio inicio a la celebración internacional de este día, con mujeres de Estados Unidos, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Perú, Ecuador, Brazil, Cuba, Panamá, Venezuela, Puerto Rico, entre otros países de la región, todas ellas dispuestas a cambiar lo que ha sido “natural” desde la llegada de los españoles y de la diáspora africana a América, esta última obligada y forzada a llamar hogar a un nuevo territorio que más tarde nutriría con un enorme pasado cultural.

Es precisamente esta multiculturalidad la que genera un desafío determinante para los colectivos feministas de América Latina, en los que se procuren por acuerdos que garanticen la unión en medio de la diferencia, entendiendo que aunque el continente africano sea nuestra cuna, con el paso del tiempo hemos heredado diferentes culturas del vasto territorio americano.

La batalla de las mujeres latinas afrodescendientes ha sido evidenciar la invisibilización que aún permea las agendas políticas y mediáticas de América Latina y Estados Unidos, y la reivindicación de los derechos que les han sido negados por efectos de raza, creencias religiosas y sexo. Si bien aún falta largo trecho en la carrera por alcanzar los objetivos de Desarrollo Sostenible que se ha propuesto las Naciones Unidas, el hecho de que asociaciones feministas afrolatinas participen activamente en espectros políticos, económicos y sociales, es un avance significativo que no debe ser desconocido ni invisibilizado.   

Me causa gran impresión ver que en un día como hoy, muchos de los medios de comunicación escritos más importantes de Latinoamérica han descartado esta fecha en la que deberíamos resaltar el trabajo de este grupo en áreas como la cultura, las ciencias, la política y el deporte, solo por mencionar algunas. Por ello, hoy quiero exaltar y reconocer la labor de todas las mujeres afrolatinas en cualquier parte del mundo desde donde aportan valor, entrega, sacrificio, pero sobre todo enaltecer a aquellas progresistas que reafirman su libertad yendo en contra de esos parámetros preestablecidos que socavan los principios de la democracia moderna.