Ingobernabilidad criminal y el retorno del más grande paramilitar de la Sierra Nevada

Dentro de la teoría del delito hay tres elementos sustanciales: tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad. Este escrito busca aproximarse al concepto de ingobernabilidad criminal a partir de la teoría de Von Liszt (en la que los delincuentes se deben dividir en un 50% de corregibles, un 25% de posibles corregibles y otro 25% de incorregibles o habituales) y la naturaleza evolutiva del perfeccionamiento criminal, para comprender las implicaciones de la llegada de Hernán Giraldo a la Sierra Nevada de Santa Marta y los alcances reales que trae consigo.

Hay tres actores antagónicos que desde el 2006 han venido llenando a la ciudad de una profunda ingobernabilidad criminal y son los responsables de: paros armados, panfletos, asesinatos y desplazamientos. Además de otros delitos asociados a la conducta delictiva. En su orden, Oficina Caribe y su brazo armado (Autodefensas Conquistadoras de la Sierra; antes Pachencas); el Clan del Golfo y la estructura de alias la Silla. Estos tres grupos desde el año pasado se vienen disputando el territorio, como ya lo hicieron en el 2012 y donde salió victoriosa la Oficina, que sostuvo hegemonía delictiva hasta finales del año pasado. Esa guerra, en solo tres meses, nos dejó más de 150 muertos. El conflicto es muy poroso y tiene altibajos que incluso confunden a la academia. El caso Giraldo (Oficina Caribe) hay que entenderlo como una trasmisión intergeneracional del paramilitarismo en la Sierra Nevada de Santa Marta, que tiene más de 40 años asociados a la violencia. El Clan del Golfo, lo define en una monografía de la Universidad del Rosario, Susana del Pilar Azula; en un ejercicio comparado entre los Zetas y el Clan del Golfo, como una Organización Delictiva Trasnacional, estructurada y que actúa con el propósito de cometer delitos graves (principalmente narcotráfico, minería ilegal y extorsión) con miras a obtener beneficios económicos, además comete delitos en otros Estados diferentes a Colombia y el caso de la Silla, pues, es el carácter ilícito del tráfico de drogas donde hay un contexto de abandono del Estado y donde está permitida la violencia para proteger el negocio.

Estas estructuras han sufrido bajas; las tres y sigue todo igual, por aquello de la capacidad de mando y niveles de sucesión. A alias la Silla, le asesinaron a Samir Yair Lindo Poveda en 2015 y ahí están, a los Pachencas, a Jesús María Aguirre Gallego, que en 2012, era del Clan del Golfo y están las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra y a la Oficina, a quienes le asesinaron a Deimer Patiño y la criminalidad sigue, con altibajos, producto de disputa que tienen, pero siguen dominando el mundo del crimen.

De modo que, en efecto y luego de una baja, hay dos situaciones transitorias. La ingobernabilidad al no saber quién asume inmediatamente, lo que supone que varios pesquen en río revuelto y con eso asesinen o delaten a los posibles sucesores –una pugna por escalar- y un reacomodamiento de los que están detrás de las Organizaciones Criminales. Los que toman las decisiones. Eso es lo que pasa en estos momentos en Santa Marta. 

El medio la Portada SM sacó un video donde Giraldo anuncia su llegada a la Sierra a partir del otro año. Luego de la pena cumplida en EEUU., el Gobierno colombiano tiene tres meses para hacer la solicitud de repatriación, lo que indica que en el primer trimestre de 2021 estará en Colombia y como está acogido al mecanismo transicional (Ley de Justicia y Paz) que de manera explícita dice que la condena máxima es de 5 a 8 años y que pueden ser pagados en cualquier cárcel del país; incluso en el extranjero. Giraldo siguió compadeciendo ante los Tribunales de Justicia y Paz por lo que no fue excluido. Ahora bien, pasará lo siguiente: tendrá sentencias parciales por los delitos y seguirá vinculado a ellos por un buen tiempo, lo que no supone una medida intramural. Basándome en casos similares a Giraldo, entre mayo y junio de 2021 estará en Santa Marta, porque estará unos tres meses, luego de ingresar al país, pidiendo la libertad, que seguramente la basará en el derecho a la proporcionalidad y la razonabilidad y aludiendo que la pena cumplió las funciones de prevención general, retribución justa, prevención especial y reinserción social.

Ahora viene lo complejo del asunto y es el qué pasará. Mauricio Romero (2008), propone un enfoque para abordar el paramilitarismo, analizando su nacimiento como una reacción política y armada al contexto reformista; el profesor Gutiérrez Sanín (2010), citando a Garay, plantea que hubo una masiva transferencia de activos en medio del conflicto (tierras). Giraldo, sin saberlo o no, construyó un POTP –Plan de Ordenamiento Territorial Paramilitar- que le permitió tomar algunas decisiones sobre el territorio; POTP., que está más vigente que nunca y que ha sido el punto de partida para todos los conflictos que se han dado en su ausencia. En efecto hay una trasmisión intergeneracional del paramilitarismo; esto no solo es innegable sino que las diferentes capturas a hijos, hijas, primos, sobrinos, hermano, yernos y cuñados, dan la razón. De hecho la Oficina Caribe sigue siendo la estructura paramilitar de mayor proyección debido a su composición que se basa en la familia y la lealtad.

Giraldo tiene dos caminos –ninguno de los dos implica una actitud pasiva-. La primera de ellas es, como jefe de este legado criminal tener un gesto de humanidad y detener este monstruo de siete cabezas que él mismo construyó. Eso implica el desmonte total de la Oficina Caribe con todas las consecuencias jurídicas y sociales que traiga para los suyos y sus aliados. Peligrosa decisión, pero sería la más acertada. Es decir; volverse un verdadero emisario de paz y construir desde cero y esto implica apoyarse en la institucionalidad y tragarse uno que otro sapo. Deberá empezar por perdonar a los suyos y saber que se ganarán varios enemigos de la política y de esa alianza que integró a diversos sectores del poder regional, grupos económicos, comerciantes y sectores de la cúpula militar. 

La segunda es poner orden en la casa y eso implica barrer con una escoba nueva. Hay delaciones, traiciones, pérdida de plata, de bienes. Hay muertos de por medio. Esto, en el plano de lo convencional indica que tiene que tomar una decisión ofensiva y tomar el control. Devolverse al monte y ser perseguido hasta ser capturado o dado de baja.

Si está pensando en venir de paseo eso no va a pasar, porque a diferencia de otras zonas, en las que él va a estar, subyace un conflicto asociado a su familia y a sus decisiones del pasado. Hay personas que lo esperan para que muestre realmente su poder y resuelva muchos “problemas” inconclusos. Giraldo no la tiene fácil y puede que esté viejo y cansado, pero la decisión que tome va a forjar el inicio de la reconciliación en la Sierra Nevada de Santa Marta o la agudización de la violencia. Giraldo no puede hacer lo que hacía en el pasado que mientras lloraba por un ojo, le guiñaba el otro al verdugo para que asesinara a quien lo abrazaba.

Giraldo va a regresar con un dominio (total o parcial) dependiendo de lo que esta guerra depare, de la Oficina Caribe y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra, con el Clan del Golfo y la estructura de alias la Silla, pero de que va a estar, va a estar. El panorama no es bueno. El territorio está muy fragmentado por la desidia, por la violencia que no ha parado ni un segundo y por la estigmatización. Los ojos de todos van a estar puestos en él porque es su responsabilidad darle fin a este ciclo sucesivo de la violencia y encaminar a su familia, por el bien suyo y de los demás habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta. Más de 40 años de violencia son más que suficientes. 

Aludiendo a esta problemática existe otra: la ciudad nunca se preparó y los gobiernos del cambio hicieron caso omiso a esta problemática. Santa Marta solo diseñó una sola estrategia: la ruta distrital para el posconflicto, pero nunca la aplicó ni a una sola persona. Como tampoco ha habido una Política Pública de seguridad en todos estos años. El distrito no se preparó para esta situación y ni para poder darle garantías a las víctimas y a los procesos de reparación en curso.

Giraldo calló muchas cosas (aludiendo firmeza en la palabra: como los viejos; y con su extradición muchos se tranquilizaron porque pensaron que no volvería. ¿Hablará? Hay uno que otro director de medios de comunicación importante de la ciudad implicado; uno que otros político y unos que otro empresario. Es que la economía subterránea que Giraldo creó a partir de las dos bonanzas (marimbera y cocalera) dejó muchos nuevos ricos samarios.

En la escala de Von Liszt ¿dónde estará Giraldo?