Anuncio
Anuncio
08 de Febrero de 2017

¿Están matando el Carnaval de Barranquilla?

Cuando se legisla desde los Andes, ante la ausencia de defensores del Caribe colombiano, siempre se atenta contra nuestro patrimonio tangible e intangible. 

En el caso que nos ocupa, con la expedición del Código Nacional de Policía, obviamente se desconocen nuestras tradiciones y costumbres y además, se atenta contra el acervo cultural que nos hace ser distintos ante el resto del país. 

Me refiero al Carnaval en Barranquilla (téngase en cuenta que nuestras fiestas se nutrieron con los aportes de las danzas, tradiciones y costumbres de poblaciones ribereñas del Magdalena y Bolívar. Hasta consolidarse en la Arenosa. De aquí creo que el término exacto es Carnaval en Barranquilla).  

Desde tiempos inmemoriales, esta fiesta nacida como un rito agrícola para celebrar a manos llenas con el fin de llamar la abundancia, siempre se ha realizado al aire libre. En sus inicios, en el campo, después en las grandes abadías y calles de la vieja Europa donde los cléricos, diáconos y sacerdotes daban rienda suelta a sus locuras. “Los propios hombres de Iglesia participaban en esas fantasías e iban a veces disfrazados por las calles: ‘Prohibamos a los eclesiásticos las mascaradas y otras diversiones de su misma naturaleza que deshonran a la Iglesia’”. (Carnavales y fiestas de locos. Jacques Heers) 

Este mismo autor sostiene que “De un modo que podría resultar sorprendente y aun paradójico, las fiestas de locos, celebraciones del desorden de la inversión de jerarquías, nacieron todas ellas en los círculos de la Iglesia. Son los cléricos quienes, con el apoyo casi siempre, al menos en los primeros tiempos, de sus deanes e incluso de sus obispos, las imponen a un pueblo a veces atónito”. (Obra citada, pág 27) 

También en Roma (El Carnaval en Roma, Johann W. Goethe, 13 de febrero de 1787), y en España (El Carnaval, Julio Caro Baroja, escritos de la fiesta entre 1936 y 1939), las carnestolendas siempre se celebraban en la calle. Su escenario natural. 

Con la llegada de inmigrantes europeos a la Arenosa, también aquí se ha celebrado en diversos escenarios, a través de los años, donde confluía el motor y eje del desarrollo de nuestra creciente urbe.  

En ‘Mis memorias’, el presbítero Pedro María Revollo, destaca la celebración callejera de la fiesta. Los padres del presbítero se casaron en Cartagena el 9 de enero de 1867 y se trasladaron por mar directamente a Santa Marta. “Llegó ella al puerto de Santa Marta el domingo de Carnaval, y se encontró con las diversiones propias de aquel día; sorpresa para ella porque nunca las había visto en su ciudad natal”.  

Mas adelante, cuando el religioso se estableció en la Barranquilla del siglo XVIII, en 1880, señala en sus memorias: “Igualmente en la misma plaza (Plaza de San Nicolás) en los tres días de Carnaval. El Martes de Carnaval concurrían todas las danzas a la misma plaza, donde se efectuaban verdaderas riñas entre ellas para arrebatarse las respectivas banderas: era lo que se llamaba la Conquista, si bien esta comenzaba el Domingo en la mañana yendo los piratas (cuerpo policivo carnavalérico de unos cincuenta u ochenta hombres disfrazados de rojo con chopos viejos) a la Loma, que hoy es Barranquillita, a sacar los indios del monte, que aparentaban venir cautivos a la plaza”. 

“En medio de la plaza de la iglesia se alzaba un instrumento de tortura que era una varasanta, clavada de punta, a la cual amarraban los piratas a los individuos de la ciudad que no habían querido pagar el pasaporte de libre tránsito por las calles en los días de Carnaval. Era esta una contribución forzosa a que se veían obligados los ciudadanos que no se exponían al tormento doble que constituía ser atado a una varasanta, criadero de hormigas bravas. Con razón dice la adivinanza de esa vara: La madre santa y las hijas diablas”. (pág 136) 

Por eso resulta grotesco que en plena temporada de precarnaval se pretenda restringir toda explosión de alegría carnavalera en nuestras calles, con disposiciones legales que atentan contra esta fiesta, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

Creo que la frase con que  Julio Caro Baroja inicia su tratado sobre el Carnaval ha resultado lapidaria. “El Carnaval ha muerto; ha muerto, y no para resucitar como en otro tiempo resucitaba anualmente. Era una fiesta de corte antiguo. Hoy queremos ser modernos ante todo”. 

Es que tanta reglamentación le va quitando ese carácter irreverente y díscolo. “Desde el momento en que todo se reglamenta, hasta la diversión, siguiendo criterios políticos y concejiles, atendiendo a ideas de ‘orden social’, ‘buen gusto’, etc, etc, el Carnaval no puede ser más que una mezquina diversión de casino pretencioso. Todos sus encantos y turbulencias se acabaron” (Obra citada. pág 22) 

Recuerdo que hasta los años 70 del siglo pasado, el Carnaval en Barranquilla conservaba ese ímpetu loco. Eran días en que el mundo estaba al revés. Todo estaba patas pa'rriba. En esa época la Batalla de Flores era un río humano que bajaba tumultuoso y desbordado por la carrera 43, donde no existía esa odiosa división entre actores y espectadores. Todos éramos actores. Era la época en que media clase dirigente y empresarial dejaba sola la ciudad y se iba a descansar a Miami (su eterno peregrinaje) o a las islas del Caribe, huyéndole a la maicena y al jolgorio. 

Pero finalizando el siglo pasado esos mismos empresarios se dieron cuenta que podían sacarle provecho y generar riquezas con la fiesta y decidieron ‘tirar la toalla’. Como la canción de Joe Arroyo, ‘En Barranquilla me quedo’. 

A pesar las peleas con los dolientes del Carnaval, los dueños y hacedores de la fiesta, esos empresarios se fueron apoderando de la empresa y organización de la misma y lo convirtieron en su club privado, reglamentándolo para sus intereses. Previamente le dieron un zarpazo al entonces Municipio y con toda clase de triquiñuelas los miembros del ‘Cartel del suero’ se quedaron con su empresa y organización, sin rendirle cuenta a nadie. 

La Unesco debió intervenir y no fue un premio para estos dirigentes ("La Cámara es un pajazo, el polvo está acá" es la célebre frase de uno de ellos) la declaratoria de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, sino un llamado a los gobiernos de turno a salvarlo de las garras del capitalismo con sus diversos disfraces. 

Diversas directoras de la Fundación Carnaval SA han estado al servicio de esos ‘próceres’, que hicieron de las carnestolendas algo excluyente, en donde los dueños de la fiesta no tenían ninguna injerencia. 

Su actual directora, Carla Celia, parece haber tomado distancia y ha desarrollado una excelente labor. Tendiendo puentes de entendimiento con los hacedores y actores. Y trabajando por hacer de estas, unas fiestas incluyentes. Donde quepamos todos. 

Anuncio
Anuncio
Anuncio
Anuncio

Lo Destacado

Más de 100 barrios tendrán baja presión de agua este martes por mantenimiento

Los trabajados en la planta de Mamatoco serán de 6:00 a.m. a 2:00 p.m.

20 mins 10 segs
Secretaría de Educación Distrital, Sandra Patricia Muñoz Dorado.
Secretaría de Educación Distrital, Sandra Patricia Muñoz Dorado.

Debido al nuevo modelo de salud para maestros, SecEducación solicita apoyo al Ministerio

El nuevo servicio ahora es gestionado a través de la operación de recursos por parte del Fomag.

34 mins 10 segs

Con Dalmata, Lil Silvio & el Vega y Churo Díaz Unimagdalena dio cierre a su Semana Cultural

Los asistentes pudieron disfrutar de actividades recreativas, deportivas, académicas y culturales.

13 horas 3 mins
Olmedo López
Olmedo López

Procuraduría abrió investigación disciplinaria a Olmedo López exdirector de la UNGRD

También será investigado el director de la Unidad de Información y Análisis Financiero de Colombia, Luis Eduardo Llinás Chica.

3 horas 50 mins
Iván Alfaro Gómez
Iván Alfaro Gómez

Abogado de Laura Ojeda transfirió empresa que iba a recibir $1.200 millones de la UNGRD

Carlos Carrillo anunció que seguirá investigando más movimientos dentro de la Unidad.

4 horas 5 mins
Lugar del descubrimiento de los restos del dinosaurio.
Lugar del descubrimiento de los restos del dinosaurio.

Descubren en Argentina restos de dinosaurio gigante

Investigadores afirman que los huesos permanecieron en el lugar por más de 200 millones de años.

5 años 10 months
Anuncio
Anuncio