Barranquilla es la puerta de oro de Colombia, la historia así lo reconoce, y en los primeros días de abril de todos los años los historiadores nos recuerdan que este nombre se debe a que por ella entró el progreso a Colombia, desde puerto de Colombia inició su navegación río arriba por el gran magdalena -que de eso ya quedó muy poco-, para irradiar ese desarrollo al interior del país, es decir, el progreso en Colombia navegoó en contra de la corriente para llegar al interior
Razón tiene el periodista Juan Gossain, reconocido de igual manera como historiador y escritor, que el Caribe es un compendio de culturas que han ido forjando al hombre costeño en donde todo es posible, y que las cosas pasan como el señor de Mompox, que dijo que se iba morir un 14 de octubre y así sucedió, y las familias comparan el ataúd en la víspera, en esta región del país, al igual que en toda Colombia, la vida se nos va entre conflictos y creatividad, es decir que hay que tomar decisiones frente a los problemas del día a día para resolverlos de la manera más ingeniosa y acertada posible. En la costa, sí que sabemos de eso, de cómo sonreírle a la vida para llevarla de la manera más tranquila posible, y que no se confunda la felicidad con la mamadera de gallo, que hasta para eso hay que ser serio.
Un caribeño, un barranquillero, de esos que le sonríe a la vida, hizo posible que miramos al río, ese que encausó lo que se creía imposible como son los arroyos de Curramba la bella, que con su desempeño está demostrando que llegó el momento de navegar en favor de la corriente del gran río de la magdalena, para que ese progreso regrese a la región por donde entró, para que la costa sea lo que nunca ha debido dejar de ser, el polo de desarrollo de Colombia; tenemos toda la ubicación geopolítica para hacerlo, solo nos falta un presidente oriundo de la región.
Qué vengan los gritos de regionalismo, que en realidad eso es lo que necesitamos. Antioquia y su región han tenido mayor desarrollo producto de su regionalismo. A Periera le llegó el viaducto cuando Gaviria fue presidente, solo por recordar algo puntual. Nos dejamos tildar de corronchos y flojos cuando la realidad es otra, fuimos y seguimos siendo la entrada del país, ya no solo con Barranquilla sino con todo el corredor costero, que involucra a Santa Marta y Cartagena.
Conflictos y creatividad, toma de decisiones para resolver las situaciones de la mejor manera, es un principio individual que incide en lo colectivo, frente a nosotros está una realidad que fue mucho tiempo un sueño. Con voluntad se puede, Barranquilla miró hacia el río y su cara cambió, miremos nosotros entonces hacia un presidente costeño que con hechos se ha ganado -a mi juicio- el derecho de ser presidenciable… Alejandro Char en tus manos está convertir a la costa y toda Colombia en una Barraquilla más.
¡Sea el capitán del barco de la costa y naveguemos todos en contra de la corriente!
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