Asilo de Ciénaga estaría en manos de la cuestionada ‘monja’ hasta después del año 2030

Mercedes Farías es la presidenta del Comité Cívico Femenino, una organización de la sociedad civil que en el año 1985 construyó el predio en donde hoy funciona el asilo Sagrado Corazón de Jesús, en Ciénaga, y se lo entregó en comodato por 50 años a una asociación llamada María Reina, conformada por mujeres religiosas que usaban hábitos de monja.

En aquel momento, la monja que firmó el comodato y fungió como responsable del funcionamiento del asilo era la hermana María del Carmen Serrano. Hoy en día, ella es una mujer de 96 años que permanece en el mismo asilo como una más de los 30 ancianos que luchan por sobrevivir en medio de la escasez.

En declaraciones a este medio digital, Farías, actual representante del comité cívico propietario del predio dice con asombro: “no sabíamos que ellas (las monjas con las que habían firmado el comodato) habían encargado a una señora que está ahí, de la cual se han dicho muchas cosas que desconocemos”.

La polémica mujer de la que tanto se ha hablado desde el mes de agosto es Piedad Enriquez Melo, actual administradora del asilo, a quienes los pocos empleados que aún permanecen en el asilo -pese a que no les pagan hace más de 20 meses- la han señalado de maltrato y malos manejos.

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En declaraciones de prensa al diario El Tiempo, Enriquez Melo negó estos señalamientos y explicó que de un tiempo para acá las donaciones se han reducido, lo que ha dificultado el poder garantizarles una atención óptima a los adultos mayores.

Lo cierto es que las mujeres del Comité Cívico Femenino sienten que el manejo no ha sido muy bueno, puesto que “el ancianato se ve destruido, abandonado, por eso estamos esperando a ver que esta señora (Piedad Henríquez) lo devuelva”.

La representante cívica aseguró que la actual directora del centro “no aparece en ninguna parte del comodato. Eran cuatro monjas las que firmaron el documento”.

Por esa razón, este comité le entregó el caso al abogado Martín Juvinao, quien adelanta los respectivos procesos legales para que se declare la caducidad del comodato y así el comité, propietario del predio, puedan recuperarlo y entregarlo nuevamente a una organización que le dé un mejor manejo para el bien de los ancianos que allí viven.