El patinaje juvenil se tomó a Santa Marta y reúne a más de 500 competidores de todo el país

Es un evento que a grandes luces parece pasar desapercibido por la ciudadanía. Desde este 11 de abril, en la pista de patinaje de la Villa Bolivariana y en el Polideportivo Sur,, se dan cita más de 500 niños, niñas y jóvenes de toda Colombia.

Sobre los patines, grandes y pequeños se han venido a disputar un puesto en el pódium en patinaje competitivo, en un encuentro avalado por la Federación Nacional de Patinaje.

Aquí no solo las escuelas samarias ponen a patinar a sus mejores deportistas, pues Valle, Bogotá, Norte de Santander, Meta, Córdoba, Caldas y Atlántico, arribaron a la capital del Magdalena para obtener una medalla.

Lo más destacable aquí, no es solo que 540 menores colombianos estén volcados al deporte y a la competición sana, que sus padres los apoyen o el respaldo al deporte local que significa; sino que demuestra el tesón, la lucha, y la disciplina detrás de cada joven patinador, que vuelven totalmente preparados a una pista de patinaje, luego que por casi dos años este tipo de competencias fueran suspendidas debido a la pandemia de covid-19.

Nunca dejaron de prepararse

Y así, surgen historias como la del joven Luis Jerónimo Navarro, que desde sus tres años está encima de unos patines, y hoy, a sus 12, llega a Santa Marta con una experiencia invaluable: haber triunfado en Europa.

Pocos asistentes conocen, que luego de alzarse el día de hoy con su segunda medalla de plata en el torneo nacional, antes de la pandemia estuvo en Alemania y Francia, compitiendo con los mejores del mundo, logrando clasificar a dos finales, incluyendo el Mundial de Patinaje de Velocidad, quedando en segundo lugar.

Alternamente, este joven desarrolla sus estudios en el Colegio San José de Barranquilla, construyendo desde ya, su papel como estrella del patinaje colombiano.

¡El desborde de talento en la pista es inconmensurable! Por eso, resulta importante que samarios y visitantes apoyen el desarrollo de estas válidas deportivas, pues además de configurarse como un espectáculo para toda la familia, respalda la labor de los jóvenes patinadores, mientras que permite a los más pequeños, compartir con un ejemplo palpable de disciplina, talento y excelencia.