Centro Histórico de la ciudad: Santa Marta es otra de noche

Una persona va y viene en sí mismo. Sus recuerdos o sensaciones están entumecidos y no se encuentra muy seguro de lo que pasó la noche anterior. "No se cómo llegué a la casa", relató el hombre a quien llamaremos Andrés Alejandro. 

Andrés, un soltero con 38 años de edad, salió el último fin de semana de febrero del presente año, para divertirse, compartir con sus amigos, comer, beber. Mirar si tendría buena suerte esa noche. "Pero mis recuerdos se vuelven difusos después de un tiempo".

El Parque de los Novios, anteriormente Placita Vieja del Mercado, y Plaza Santander, es uno de los epicentros del Centro Histórico, que por su concurrencia en un fin de semana nocturno, podría ocultar otra decena de historias como esta.

Andrés Alejandro recuerda que una noche alegre, lo dejó sin celular y con una cuenta bancaria vaciada. Había sido víctima del robo con escopolamina o 'burundanga'.

Santa Marta, es cierto, tiene su aspecto delincuencial. Esa noche, parece mucho al hecho que, recientemente cubrió este medio, en que un hombre fue rescatado por un par de policías de turismo. El hombre ileso, fue hallado, perdiendo y recobrando el conocimiento, mientras yacía en el suelo sin nada en sus bolsillos. Ni celular, papeles ni cartera. 

Andrés Alejandro perdió mucho materialmente hablando, esa noche del sábado, pero logró llegar sin un rasguño a su hogar, a la mañana siguiente, rescatado por un buen samaritano que lo encontró deambulando en calles solitarias, pidiendo auxilio. 

Burundanga

No se sabe quién pudo suministrarle esta sustancia al hombre, que se quedó un rato más en el Centro, luego que todos sus amigos se fueron. 

La manera más eficiente en que la escopolamina surta el efecto esperado por los delincuentes, es cuando es ingerida de forma oral. Así que puede que el desprevenido Alejandro haya consumido de esto con alguna de sus cervezas, luego de hallarse ya algo alcoholizado. 

La burundanga, también conocida como escopolamina, es una droga psicotrópica, un alcaloide tropánico con un alto nivel de toxicidad.  

Su consumo provoca una especie de parálisis mental a la persona que la toma, que la hace sumisa ante cualquier tipo de orden que reciba por parte de otro individuo. Le hace entrar en una especie de 'automatismo'. En dosis muy altas, puede ser letal para cualquier individuo.

Durante toda la mañana y casi el resto del día después de su encuentro nocturno con la delincuencia en la ciudad, Andrés entró en un estado de negación. Pero, finalmente, tuvo que hacer frente a sus decisiones, las de seguir la fiesta solo, sin conocidos y luego de haber perdido su celular. Se dio cuenta que, su estado no era una borrachera nada más, también se dio cuenta que no tenía dinero en su cuenta. 

El afectado hizo la denuncia, al fin, a mediados del mes de marzo. Las autoridades, según él, se vieron comprometidas con su caso, por un corto periodo. Entonces, su caso se enfrió y los responsables siguieron en la cotidianeidad, sin pagar por los actos que pudieron costarle la vida a la víctima de una noche en el Centro de Santa Marta.