¿FIESTAS O AGUA?

Actualmente, en Santa Marta se discute si se deben realizar o no las Fiestas del Mar, considerando la grave crisis de agua potable por la que atraviesa la mayor parte de su población.

Quienes están en contra señalan que no es posible que la administración distrital esté pensando en fiestas, mientras el pueblo se muere de sed. Por su parte, quienes están a favor manifiestan que la cancelación de las festividades afectaría a la gente que se beneficia económicamente del turismo que atraería el evento.

Creo que lo primero que uno debe preguntarse para decidirse sobre una opción u otra, es la del significado de las Fiestas del Mar. ¿Qué significa para el samario la realización de las Fiestas del Mar? Porque si estamos hablando de una parranda de tres o cuatro días, donde asistimos a un concierto o dos, nos emborrachamos y la pasamos bien, pues es evidente que no es conveniente su realización. Incluso, en épocas donde el agua fluya normalmente.

Las Fiestas del Mar, como cualquier evento que realiza todos los municipios de Colombia en alguna época del año, deben ser una institución. Institución que refleje los valores, la cultura, las tradiciones y la idiosincrasia de sus habitantes. Y como institución debe ser fortalecida permanentemente. Como el Carnaval de Barranquilla, La Feria de las Flores, La Feria de Cali o el Carnaval de Negros y Blancos. Eventos en los cuales, su población muestra los aspectos característicos de cada región. Lastimosamente, nuestras Fiestas del Mar están debilitadas, porque cada dos o tres años son canceladas o son realizadas en fechas distintas a las tradicionales (como este año), con cambios que el gobernante de turno le da la gana de imponer.

Las Fiestas del Mar, como institución deben perdurar a pesar de los problemas económicos y sociales por los que pueda atravesar este sufrido pueblo. Y no es que no me interese la grave problemática del agua potable. No es que esté pensando en “parrandear” mientras la gente se muere de sed, porque para parrandear no se necesita ni siquiera un motivo. Lo que quiero es fortalecer la institución y que el país y el mundo puedan ver algo propio de la ciudad. Algo propio y algo bello.

¿Y el agua? Pues para mí no tiene nada que ver. Las autoridades deben encontrar las soluciones a corto, mediano y largo plazo para que la población pueda contar con el preciado líquido en óptimas condiciones. No existe relación alguna entre el problema y las fiestas. ¿Acaso, si se cancelan las fiestas, el problema se soluciona? ¿Por qué crear una disyuntiva? “Yo no quiero fiestas, yo quiero agua”, se expresan en redes sociales. ¿Quién nos puso a escoger? ¿Necesariamente tiene que ser una sola cosa? ¿Por qué no las dos?

Alguien me decía que es mejor que el dinero que se invierta en las Fiestas del Mar se destine a solucionar el problema de la escasez de agua. Le contesto: las autoridades tienen que resolver el asunto del agua potable, haya o no haya Fiestas del Mar. Es decir, no interesa que se realicen las festividades mientras a los hogares llegue el tan anhelado recurso hídrico. Y no interesa porque una cosa no tiene relación con la otra. ¿Acaso la gente se sentirá bien si no se hacen las fiestas pero tampoco se soluciona lo del agua? ¿El problema del agua es de presupuesto? ¿La falta de presupuesto es justificación para que las autoridades no resuelvan la escasez de agua? Yo pienso que no. Que falte dinero no es excusa para que la población no cuente con un servicio de acueducto digno. Por lo tanto, las autoridades deben velar por encontrar las soluciones y abastecer de agua a los habitantes de Santa Marta, independientemente si se realizan las Fiestas del Mar.

Nos estamos acostumbrando a crear falsos dilemas, como si las autoridades están instituidas para proveer una cosa en desmedro de otra. Todavía recordamos la decisión del gobierno nacional en no aceptar la organización de la Copa Mundial de Futbol de 1986, dizque para invertir esos recursos en escuelas y puesto de salud. ¿Y qué dijo la historia en este caso? Ni lo uno, ni lo otro. Sencillamente porque confunden peras con manzanas. Los problemas sociales se deben solucionar haya o no haya eventos que para mí, tienen la categoría de inversión y no de gasto. Como un Mundial, como las Fiestas del Mar.

Entiendan algo, el problema de agua potable no es de presupuesto. Es de falta de liderazgo, de falta de decisión, de las benditas mezquindades políticas, de las rencillas que no nos dejan prosperar. De la falta de planeación. Y para revertir esa situación es cuestión de ponerse a trabajar. Es de dejar de buscar culpables y encontrar soluciones definitivas. Y en esas soluciones creo que debemos estar todos. Como integrante de esta colectividad, debemos aportar nuestro grano de arena. ¿Cómo? Primero ahorrando agua. Organizándonos para que el líquido que llegue sea repartido equitativamente. Y obviamente, presionando de manera pacífica a las autoridades para que ejecuten los planes de contingencia y los trabajos y estudios que se requieran para tal efecto.

Ojalá que pronto podamos solucionar esta grave crisis que afecta a todos los estratos. Pero mientras tanto, fortalezcamos las instituciones. Encontremos mecanismos para que nuestra ciudad pueda ser vista como un pequeño paraíso en el caribe colombiano. Démosle una oportunidad a la ciudad, que cuenta con paisajes extraordinariamente hermosos y disfrutemos de la calidez de la mayoría de su gente. Es hora de organizarnos, muchachos. Y de dejar tanta pelea. Samario, ¡haz tu aporte!

Fabián Guerrero Rivero
Twitter: @FGRConsultor