
Hee Yeon-lim, mujer de 26 años e hija de un militar que cercano al dictador tuvo acceso a testimonios de otras mujeres. Fue testigo de cómo agentes del gobierno de ese país iban a los colegios a elegir a las futuras esclavas sexuales de Kim Jong-un
“Ellos toman a las más bonitas y se aseguran de que tengan piernas rectas hermosas. Aprenden a servirle comida como caviar y manjares extremadamente raros. También se les enseña a hacer masajes y terminan convertidas en esclavas sexuales”, dijo Hee a The Mirror.
“Sí, ellas se tienen que acostar con él y no pueden cometer ningún error o negarse porque podrían ser fácilmente desaparecidas”, agregó.
Del mismo modo advirtió que si llegan quedar embarazadas, pueden seguir el mismo destino de esclavitud. Cuando el dictador se cansa de ellas, las descarta y pueden terminar casadas con un militar de alto rango.
Aparentemente el dictador se da estos gustos con el conocimiento de su esposa, Ri Sol-Ju, con quien tiene tres hijos.
Además de caviar, uno de los platos preferidos por Kim es la sopa de nido de golondrina, que vale 2.500 dólares (aproximadamente 7 millones y medio de pesos colombianos) por kilo.
De otro lado, Hee Yeon-lim recuerda que en una ocasión a ella y a sus compañeros de clase los obligaron a ver la ejecución de 11 músicos acusados de hacer un video pornográfico, agrega The New York Post. Un grupo de soldados los llevaron a una Academia Militar, donde las víctimas fueron ajusticiadas con armas de fuego. La mujer recuerda:
“Sus cuerpos volaban en pedazos, totalmente destruidos, y había sangre y pedazos volando por todas partes”.
Para escapar del país, la familia tuvo que pagarle a un grupo de contrabandistas para que llevara a sus miembros hasta la frontera con China, desde donde viajaron hasta Corea del Sur después de hacer una escala en Laos.
