Los dos años de Seguimiento

Han pasado 730 días de trabajo diario desde que el director de esta casa tomó la que quizás ha sido la más arriesgada de sus decisiones: dejar todo atrás, en la Barranquilla que lo acogió tras su pregrado, para invertir tiempo y dinero en esta empresa necesaria para un territorio ansioso de nuevas formas de contar la noticia.  

De alguna manera lo entiendo. Cuando todo comenzó en firme, a partir de ese primero de julio de 2016, quien escribe este comentario también dejaba la tranquilidad de un empleo estable para aventurarse, junto a Polo, en una idea que no sabíamos en qué resultaría. Hay cosas que, como dice mi padre, son más importantes que la zona de confort. Este proyecto cumple con esa frase. 

La incertidumbre se fue despejando. Arrancamos siendo dos. Ahora vamos en siete. Y así estamos, construyendo con jóvenes dentro del oficio, una alternativa importante en medio de una realidad social, política y económica que nos pone a prueba en cada jornada. La calidad de nuestros trabajos, la pertinencia de los enfoques y, especialmente, las reacciones que recogíamos al inicio y que, desde todos lados, aún recibimos, ratifica que estamos por la senda correcta. 

En esos 730 días de mucho ajetreo, de historias asombrosas y otras que muy probablemente nos dejaron un nudo en la garganta he participado en dos etapas. Ha sido emocionante observar cómo de cero empieza todo, al mejor estilo de las buenas historias. Es, de alguna manera, ser pioneros aunque, por todos es sabido, existen colegas y medios con más años, experiencia y recursos. Sin que eso mediara, las cifras, que se traducen en su amable lecturabilidad, nos han posicionado como el primer periódico digital de Santa Marta.

Por todo esto, solo queda dar gracias. Al director de este diario por su confianza, a las fuentes por no dejanos tirados, a los detractores por sus críticas y a los colegas que, de alguna u otra forma, siempre nos echan una mano cuando se requiere.

Pero por encima de los mencionados anteriormente, un agradecimiento muy afectuoso a usted, amigo lector, por tenernos como su referencia en el celular o computador con sus notificaciones inmediatas, o en Facebook y Twitter. Por criticarnos y exigirnos más, por reir y también llorar con cada una de las historias que hemos contado. Esperamos seguir haciéndolo por mucho tiempo más. Eso dependerá de su anuencia.