Taxista en Santa Marta "intentó pegarle" a pasajero que le pidió tener los vidrios abajo por bioseguridad

En la noche de este sábado, hacia las 10 de la noche, Luis Miguel Moisés García-Peña tomó un taxi con su esposa y sus hijos en las cercanías de la universidad del Magdalena con destino hacia su residencia, ubicada en Mamatoco. Al ingresar al vehículo, le pidió amablemente al conductor que apagara el aire y bajaran las ventanas a lo que el taxista accedió.

Al llegar al destino, el conductor de aproximadamente 50 años le pidió al pasajero y a su familia que subieran los vidrios, a lo que Luis Miguel le recomendó que era mejor dejarlos abajo por su bienestar y de los pasajeros, debido a la situación actual del virus y los protocolos estipulados.

Dicha sugerencia molestó al taxista que, inmediatamente, le señaló al pasajero que no opinara, que el veía si pagaba la multa y que si se contagiaba era su problema, ante esa respuesta Moisés García-Peña le dijo que era problema de todos, si el conductor iba por la ciudad contagiando a las personas.

Sin embargo, tras zanjar el tema con recelo, el pasajero ofrece un billete de 20 para pagar la carrera que normalmente paga en 7 mil pesos, pero el taxista le señala que son 8 mil, por lo que Luis miguel se dirige a mirar el taxímetro que se encontraba apagado y le pregunta el porqué del precio si ni siquiera tenía el medidor encendido.

La rabia en el conductor fue en aumento y empezó a acusar al pasajero de quererlo robar, le alzó la voz y luego de que este se bajara del vehículo (aún con el billete extendido, con actitud de pagarle) le encaminó a agredirlo bajándose él también del taxi.

Mucho cuidado!!!Este taxista (PLACAS UQR686)me amenazó y agredió verbalmente, por aconsejarle bajar vidrios y no prender aire, y advertir que taxímetro está apagado.
Sin mediar palabra y ante la presencia de mi familia,intento agredirme físicamente,ante la vigilancia sé abstuvo. pic.twitter.com/lndtbofRiU

— Luis Miguel Moises Garcia-Peña (@lumois) January 17, 2021

La esposa de Luis Miguel, asustada por la situación, pidió ayuda y acompañamiento del portero del edificio, juntos llamaron a la policía, pero esta no se presentó, por lo que el vigilante debió salir y hacer presencia para acompañar al residente que aún se encontraba recibiendo insultos y amenazas por parte del taxista.

Al percatarse de la presencia del celador, el conductor se contuvo y tras cambiar el billete con otro taxista, se marchó del lugar.

El ciudadano, que vivió esta agresión verbal que pudo llegar a más, denunció públicamente la actitud del taxista, pero también dejó ver la falta de regulación y supervisión sobre el correcto cumplimiento de las medidas por parte de los taxistas.