La queja de una familia viajera que no pudo conocer las playas de Santa Marta

La familia argentina conformada por Diego Percivaldi, su esposa Cecilia Oliver y sus tres hijos está recorriendo desde septiembre de 2018 Suramérica, en un autobús que adaptaron como casa rodante, y hace cerca de dos meses están en Colombia.

El pasado lunes festivo viajaron a Santa Marta para conocer el mar, después de visitar Pasto, Popayán, Cali y el Eje Cafetero, pero la experiencia que tuvieron en las vías de la ciudad no fue la mejor y así lo contó Diego en un video que compartió en la cuenta de Instagram @almundoenfamilia

“En Colombia estamos hace casi dos meses y la verdad es que tenemos solo palabras de agradecimiento por lo que es la gente, la buena voluntad, de todo Latinoamérica es el pueblo más amable que hay, pero la indignación fue porque nos pasaron en Santa Marta tres hechos consecutivos malos”, dijo Diego Percivaldi a Seguimiento.co

El primer inconveniente ocurrió cuando se dirigían a El Rodadero y fueron detenidos en un puesto de control de la Policía, donde un agente de tránsito, adscrito al Distrito, le pidió los papeles del vehículo con una mala actitud.

 “Me pide un papel de transporte de pasajeros, le explico que soy una caravana, le doy todo y la licencia de conducir, agarra toda la documentación y se va a donde están todos los policías, lo cual me molestó muchísimo. Me bajo del vehículo y le pregunto por qué se lleva la documentación, entonces me indica que me va a cobrar una infracción porque no puedo estar ahí y le digo que me explique por qué, yo vengo mirando todas las normas de tránsito y no hay ningún cartel indicador que me diga que no puedo y me dice que ahí no puede haber transporte de pasajeros, le vuelvo a decir que no soy transporte de pasajeros y me dice que me va a dejar pasar, pero si colaboro con el almuerzo. Ahí literalmente me enojé muchísimo, le pido que me devuelva la documentación, me dice que no, que vamos a arreglarlo y le digo que no tengo porqué pagarle ningún almuerzo ni nada”, contó Diego.

Luego de ese incidente decidieron ir a Taganga, pero en la carretera los agentes de la Policía les dijeron que no podían ingresar por ir en un bus y finalmente se dirigieron al Parque Tayrona, donde el problema fueron los altos precios para ingresar.

“Cuando llegamos al Tayrona nos trataron perfecto, pero no nos dejaban ingresar con el vehículo y teníamos que sí o sí contratar un tour y vale 70.000 pesos por persona el tour. Cuando pregunto dónde puedo dejar el bus, me dicen que afuera, sobre la ruta principal (Troncal del Caribe), pero ahí no te lo cuida nadie y corrés riesgo de que te lo vandalicen (sic) y como es nuestra casa, nuestra prioridad es cuidarlo y decidimos no ir”, expresó Diego.

Después de esta desagradable experiencia se fueron para Cartagena sin conocer las bellezas naturales de Santa Marta y para colmo en el camino fueron testigos del robo de las luces a un camión que iba delante de ellos. “Fue un día bastante malo”.  

Un llamado de atención para las autoridades

Diego aseguró que la experiencia de su familia en Colombia ha sido extraordinaria porque la gente está todo el tiempo con ganas de atender a los turistas y mostrar la cara amable del país, pero en algunos lugares el trato de las autoridades se convierte en un lunar negro.

“Uno llega como turista  a un lugar de estos y uno o dos agentes de tránsito te hacen vivir una mala experiencia y la verdad es que todo ese esfuerzo que hace el pueblo se tira por la borda, pero creo que hay que ponerle mucho hincapié en que el turista se sienta bien”, expresó Diego.

Además, recomendó que si hay lugares en Santa Marta donde no pueden entrar los buses debería haber avisos o señalización para que los turistas sepan porque la intención no es violar las normas de tránsito.

La denuncia de esta familia viajera argentina se conoce en medio de la polémica que se registró el pasado puente festivo debido a las quejas del gerente de la Promotora Turística de El Rodadero (ProRodadero), Iván Calderón, por la proliferación de vendedores informales, los hurtos a turistas y la manada de perros callejeros en las playas de este balneario.