Hablemos de su patriotismo, señor Jorge 40

Sigamos hablando de su patriotismo, señor Jorge 40. Hablemos de: Peladura, Cheli, Omega y Harold. Hablemos de lo que hicieron en Chimichagua, Chiriguaná, La Gloria, Curumaní, Pailitas, El Banco y Guamal, con Frente Resistencia Motilona.

Si bien la historia tiene muchos vacíos –porque varios de los responsables están muertos- y su patriotismo no le permite hablar de estas cosas, pues de manera acuciosa seguimos explorando el daño que causó en el Caribe colombiano. Hay un tema que llama poderosamente la atención y es la función del EPL., y de cómo varios miembros de esta guerrilla maoísta terminaron bajo su servicio y con una capacidad enorme de hacer daño: todo fue sanguinario.

A Peladura (exEPL) dicen que usted mismo dio la orden de asesinarlo porque se había salido de control. ¿Así de perverso era? Esta persona se voló con 20 guerrilleros del Catatumbo y por eso lo nombraron comandante. Tenía un pacto con el diablo. El día de su muerte le pusieron una carga explosiva y a su paso la activaron. Quedó vivo; lo decapitaron y lo desmembraron. Hablemos de Cheli (asesinado en un intento de fuga en Valledupar) y de lo que hicieron junto a alias Lucas y Judas, al profesor Excenen, en altos de Bobalí (entre el Cesar y el Catatumbo): se metieron a su casa, le robaron los bienes de valor, lo pusieron a cargarlos; lo humillaron y lo asesinaron en el mismo colegio donde daba clases o de la masacre de cuatro campesinos solo porque alias Aguachica estando borracho dio la orden; asimismo, de cómo les quitaron a campesinos todo el ganado en la Serranía del Perijá, la Serranía de los Motilones y en la Sierra Morena de Aguachica y la estela de muerte y tortura que dejaron a su paso.

Qué tal si le explica a las autoridades sus vínculos con la Unidad Antiextorsión y Secuestro –Unase- integrada por la Policía, el DAS., el Ejército y ustedes; los paracos, y de cómo le protegieron las haciendas a Carranza y todas las personas que terminaron en la cueva del chulo. Sobre Carranza y sus haciendas, los Cocos (adelante de Pailitas) y la Sonora (en el Burro) que las llenaron de paracos para protegerlas y de la cual el Camilo Torrez del ELN., les mató a varios paramilitares y después de eso, su orden fue matar a diestra y siniestra. Si no, pregúntele a Mancuso que apoyó hasta al MAS –Muerte a Secuestradores- en esta zona.

Háblele a las autoridades de Omega –asesinado en 2006- y quien se conoce con el mayor despojador de tierras en el sur del Cesar, si señor: ni 39 y Tolemaida lo igualaron. El caso de la familia Cianci Galvis y del Notario Único de Pailitas que se negó a hacerle traspasos de bienes son solo la punta del iceberg.

Me llamó poderosamente la atención la carta que le envió al presidente Iván Duque. Hay un cinismo amañado en ella y más cuando habla de: la legítima protesta pacífica como un medio político válido y justificable o como cuando habla del pueblo —como constituyente primario-. Le recuerdo que a la primera usted la aniquiló y la desterró y ese pueblo, del que habla, lo alineó a la fuerza bajo la premisa de “refundación” desde lo que también llamó: la Patria Chica.

A la Brillantina y toda Chimichagua la convirtieron en base permanente. Allí estuvo alias Rafa. En la ciénaga la Zapatosa donde violaron y asesinaron. Sería muy bueno que nos contara si alias Omega tenía cierta inclinación por los hombres jóvenes y dirá quizá que eso hacía parte de su vida privada, pero lo que pasa es que los mataba y les sacaba los órganos internos para luego llenar ese vacío con piedras y sus cuerpos terminaran en el fondo de la ciénaga.

Sería importante aclarar, señor Jorge 40, si fue usted o Mancuso quien ordenó la construcción de dos escuelas de formación paramilitar en Pailitas; hacia el Catatumbo. Lo paradójico no es que existan, puesto que desde Córdoba era una práctica recurrente de los Castaños. Lo interesante de aclararlo es porque estas escuelas estaban dotadas de personal activo de la fuerza pública y esa alianza, si se dio, evidentemente hay que decirla señor Jorge. Es lo que, de manera urgente, necesitamos que nos cuente, porque los muertos, las barbaries; los actos desmedidos; los conocemos.

Lo otro es ¿quién ordenó los hornos crematorios?, que fue una práctica extendida desde el Copey hasta Aguachica. Si fue Harold o fue Omega o si fue una de sus directrices. En el Catatumbo, efectivamente los construyeron y allí desaparecieron centenares de cuerpos. Esa práctica también fue validada en estas zonas, pero de manera más artesanal: con llantas de tractomulas. Cogían a las personas, la mayoría de las veces vivas y las amarraban y luego las metían entre las llantas hasta formar una especie de cilindro donde, la persona estaba de pie y solo le quedaba la cabeza por fuera. Luego de eso le rociaban gasolina al interior y así la incineraban. Entre llantas de tractomula. Esto fue macabro.

Como también es macabro el tirarles a los cocodrilos, personas vivas. Como hicieron en el Guáimaro, en el Banco y Guamal. Es que el nivel de sevicia, alcanzado por los hombres bajo su mando, no tenía límite y es aquí donde justamente, me interrogo y lo interrogo: ¿qué pasó con Peladura? Qué tipo de criminal era esta persona y los medios que usó para que la misma organización paramilitar tuviera que darlo de baja.

En Santa Marta hubo un caso similar con alias Walter. Después lo vamos a relacionar con un hecho puntual: el asesinato de por lo menos 24 campesinos y personas del común que fueron ultimadas como presuntos informantes de la Policía Antinarcóticos. De esa institución salían los informes que luego le vendían a Walter. Es un tema complejo y peligroso, pero en esa época del narcotráfico hasta la DEA., sabía lo que estaba pasando.