Carta abierta pa’los pelaos de la Samaria
Puedo apostar que más de la mitad de los pelaos que empiecen a leer este artículo, cuando vayan por aquí ya estarán a punto de cerrarlo. Cuando yo era pelao tampoco era que me interesaran mucho las vainas que escribían los “viejos”. Pero ajá, me arriesgo y escribo un mensaje pa’los pelaos samarios de hoy.
Si definitivamente no quieres leer más..., ni modo, cierra esta vaina y vete pa’la calle o sigue jugando FIFA 16 en el Ps. Pero si te dá un poquito de curiosidad por saber cuál es mi cuento, listo, echa pa’lante y sigue leyendo.
Debo empezar contando que desde pelao, junto con el combo de amigos, cuando salíamos del colegio los viernes en la tarde, nos íbamos a caminar los cerros de Santa Marta. Por ahí donde la 22 se estrella contra el cerro de Las Tres Cruces cerca al barrio Libertador, nos subíamos y caminábamos por la cuchilla del cerro, bajándo al otro lado, por donde hoy está la curva de la Avenida del Río o “la vuelta del Pereguetano”, cerca al actual puente de Las Malvinas.
Con el pantalón arremangao y los zapatos en la mano, atravesábamos el río, que en ese entonces era limpio y tenía agua todo el año. Al final, caminábamos hasta los campos de la Universidad del Magdalena y después salíamos a la Avenida del Libertador por la Quinta de San Pedro Alejandrino. Llegabamos a la casa como a las 6pm, mamaos, con hambre, listos para comer, alistarnos y volver a salir a alguna fiesta en la noche.
Esas caminatas de tardes de viernes, despertaron en mí la curiosidad por conocer más y más de Santa Marta. Cuando ya los cerros urbanos habian sido recorridos en todos los sentidos, empezamos a explorar más allá de los límites de la ciudad.
Los fines de semana nos pegábamos tronco de caminatas bacanas. Subíamos desde Calabazo a Pueblito, bajábamos al Cabo, Arrecifes y salíamos por Cañaveral. Algunas veces, antes de subir a Pueblito, bajábamos primero hasta Playa Brava. Ese camino lo recorrimos tantas veces, que hasta con los ojos vendados hubiéramos podido seguirlo. También, desde Bonda, nos íbamos a tratar de descifrar sin éxito los jeroglíficos de las piedras de Donama.
Otras veces el plan era la acampada en Gairaca o en Neguanje. Allí hicimos contacto con la cultura Tayrona, al recoger –con respeto y admiración- pedazos de cerámica, cuentas de jade y cuarzo, entre otras, abandonadas por la guaquería despiadada de otras épocas. En algunas ocasiones hasta pagábamos a algún pescador de Taganga para que, al atardecer, nos dejara en Isla Aguja, y nos recogiera a la mañana siguiente. Jamás en mi vida he vuelto a ver un cielo tan estrellado como el de esas noches de camping en las playas samarias solitarias. Allí conocimos las constelaciones y pedimos tantos deseos como estrellas fugaces vimos.
Cuando no estábamos entre el verdor y humedad de las montañas o las espinas y sequedad de los cerros, mis amigos y yo, estábamos metidos en el mar o en las playas: Buceábamos con careta, aletas y snorkel; disfrutábamos -montados en neumáticos inflados- del mar de leva que azotaba la playa de Los Cocos; o le montábamos la perseguidora a los titís en la desembocadura del río Manzanares. Ah si, los titís. Seguro no alcanzaste a conocerlos. Eran unos pescaitos chiquitos, blanquitos, con los que se hacía tronco de arroz bien firme. Pero ni modo cuadro, de esos ya no hay.
De tanto disfrutar de esas playas y ese mar, casi nos aprendimos de memoria cada recoveco del coral que existía en Taganga; y hasta llegamos a ser expertos en la “arquitectura” de los huecos de los cangrejos de Los Cocos.
Por mi parte, desde niño tuve además la fortuna de poder caminar por muchos senderos de nuestra Sierra. Atravesando ríos, quebradas, plantaciones de café, vestígios Tayrona y selva pura. Pa’remate, desde muy jóven logré llegar hasta Ciudad Perdida, lugar del que me enamoré para toda la vida.
Vivir en Santa Marta siempre generó en mí un deseo permanente por explorarla. Eso de que es la ciudad que “tiene la magia de tenerlo todo” no es cualquier pendejada. Es en serio. Pero ese “todo” hay que descubrirlo y vivirlo, no dejar que te lo cuenten.
Aunque sé que ustedes en éstos tiempos andan en otras vainas, con otros intereses y otras expectativas, me atrevo a invitarlos a que se arriesguen y salgan a descubrir a La Samaria. Si yo fuera ustedes, con tanta tecnología de la que ahora disponen, armaría - por ejemplo- un concurso entre amigos: ¡El que más sitios y cosas nuevas de Santa Marta descubra!. Subiendo a la red -eso sí- fotos y videos. Algo así como causar envidia a los amigos, ¡pero envidia de la buena!.
Yo no amo a Santa Marta más que ustedes. Todos la amamos. Sin embargo, creo tener argumentos diferentes para amarla: Conozco muchísimos rincones y aspectos únicos de su geografía, de su naturaleza, de su historia, de sus calles y de su gente. Y, aún hoy, cada día quiero conocer más y más. Por eso, los invito a que se atrevan a explorar a Santa Marta. Métanse por cuanto recoveco encuentren. A pie, en bicicleta, en burro...
Mientras más la conozcan, más podrán defenderla y más podrán hacer algo positivo por ella. Y ese es mi punto: Ustedes, los pelaos de ahora, son los llamados a cuidar de Santa Marta en el futuro. Y tienen que empezar a conocerla desde ya!.
Estoy curioso por saber quién será el primero en empezar a “causar envidia”.
e-mail: [email protected]
twitter: @carlosfloresurb
Más propuestas positivas sobre Santa Marta en el grupo de facebook “¿Qué hice hoy por Santa Marta?”
Más de
Turista alemán fue herido a bala tras oponerse a un atraco en Santa Marta
Markus se encontraba en la carrera 4ta con calle 30 a la espera de un taxi cuando fue sorprendido por los delincuentes.
¡Inicia Talento Santa Marta! 255 jóvenes ya tienen cupo directo en Unimagdalena
Lo que fue una promesa de campaña, hoy se materializó en un emotivo evento liderado por el alcalde Carlos Pinedo, en compañía del rector de la Institución, Pablo Vera Salazar.
Motociclista arrolló a adulto mayor y luego se dio a la huida en la Troncal del Caribe
El lesionado quedo inconsciente.
Joven gairero se encuentra en UCI tras sufrir accidente de tránsito
El siniestro vial se registró en la Troncal del Caribe, en la vía que conecta a Gaira con Curinca.
Hombre asesinado en El Curval había salido en un panfleto de ‘La Muerte’
José Luis Ropero De La Hoz, conocido por sus allegados como ‘El Monito’.
Identifican al hombre asesinado y abandonado en una trocha en Bonda
José Luis, conocido como ‘El Mono’, fue identificado la víctima hallada atada de manos y con impactos de bala cerca al Curval.
Lo Destacado
¡Inicia Talento Santa Marta! 255 jóvenes ya tienen cupo directo en Unimagdalena
Lo que fue una promesa de campaña, hoy se materializó en un emotivo evento liderado por el alcalde Carlos Pinedo, en compañía del rector de la Institución, Pablo Vera Salazar.
Turista alemán fue herido a bala tras oponerse a un atraco en Santa Marta
Markus se encontraba en la carrera 4ta con calle 30 a la espera de un taxi cuando fue sorprendido por los delincuentes.
En el Día Mundial de la Educación Ambiental, Corpamag resaltó logros alcanzados en el 2024
En línea con el Plan de Acción Institucional de la entidad se logró cumplir la meta de fortalecimiento de los CIDEA en 5 municipios del Magdalena.
Sicarios asesinan a dos hombres en un billar de Sevilla, Zona Bananera
Las víctimas fueron identificadas preliminarmente como José Contreras y Hugo.
Muere plateño corneado por un toro en corralejas de Zambrano, Bolívar
Se trataba de Wilmer Escobar, de 26 años.
Descubren en Argentina restos de dinosaurio gigante
Investigadores afirman que los huesos permanecieron en el lugar por más de 200 millones de años.