El balance que nos deja hasta hoy la seguridad en el distrito de Santa Marta

Aristóteles escribió un texto vital: La Retórica, que luego de leerse se logra percibir como se fundamentan dos elementos esenciales, la dialéctica y la lógica informal. Aunque el texto de este filósofo requiere de una detallada ponderación, solo haré relación a estos dos elementos y básicamente son para hacer un balance de la retórica de la seguridad en el distrito de Santa Marta. La dialéctica, desde la filosofía tiene muchas acepciones (Hegel, teoría del desarrollo dialectico) Engels, Kant, Spinoza, Diderot, pero la que me interesa es la Heráclita, en la que se afirman cosas existentes y no existentes a la vez, puesto, que para este materialista, todo fluye y cambia constantemente. Luego el concepto de lógica informal, que no es otra cosa que hacer argumentos técnicos o artificiales para tener conclusiones sobre una información dada. En palabras no académicas es: decir mentiras para elevar popularidad y medir reacciones, en actuaciones que se realizaron. Es decir, digo una media verdad y la elevo al nivel de supremo y en base a eso genero aceptación y dependencia.

El balance que a continuación se hace mide tres elementos importantes para la seguridad. El crimen organizado, la violencia urbana y la aplicación de justicia. Otros, como inversión, prevención y adecuación, serán objetos de distinta valoración y tienen una ponderación diferente. Aquí, no es la evaluación a una persona, aunque debería, sino a la de un Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana –PISCC- que se diseñó para mitigar las acciones delictivas y erradicar otras y por supuesto, que está inmerso dentro del Plan de Desarrollo Distrital y que es un claro ejemplo de la política nacional donde lo que se diseña y se planifica, jamás se aplica.  

Lo primero que hay que decir es el PISCC., lo hizo el distrito con una participación plural. Antes lo hacía la policía: ellos diseñaban la estrategia y ellos mismos creaban sus indicadores. Ellos mismos se evaluaban. Esto cambió y lo hizo un particular, que pensó en una estrategia conjunta que luego, pasó y lo engavetaron y siguieron aplicando el mismo modelo de represión. Caravanas de seguridad, toma a los barrios, aplicación de código de policía y esto tal vez no esté mal, pero no fue lo que se planteó como bandera en el PISCC. Es lo que pasa cuando los temas importantes de ciudad se aprueban sin leer. Venimos de un modelo paramilitar que generó represión durante más de 30 años, la lectura no fue seguir reprimiendo, sino llevar un gobierno participativo, con inversión, con oportunidades a esos espacios que estaban generando problemas. Era dotar casas de justicia, era dotar inspectores de policía, era dar herramientas a cada una de las tres localidades para que diseñaran acciones en favor de los jóvenes y también de los adultos. Era crear condiciones de seguridad y mejorar, la educación y la salud y por supuesto, atacar la delincuencia.

Pero tenemos una sociedad que le gusta que le digan que están capturando jóvenes y metiéndolos a la cárcel, para luego soltarlos a los tres días, porque no importa el proceso, ni el impacto, sino la inmediatez. Y aquí va el primer ejemplo de cómo se raja la justicia. Alias Junior, recientemente asesinado, miembro de los Pachencas y en el pasado de otras organizaciones criminales. Privado de la libertad en dos ocasiones, (2009 y 2013) por concierto para delinquir agravado. En la primera imputado por triple asesinato y en la segunda por terrorismo (responsable de lanzar una granada a Rapimercar, donde murieron 3 personas y 35 quedaron heridas) y sindicado de 8 homicidios más y promotor del paro armado en 2012. Este es un solo caso de los muchos que hay en Santa Marta, la pregunta es ¿cuántos Junior están en las mismas condiciones? Es un problema del distrito, sí. Porque tiene que diseñar estrategias de seguridad conjuntas o acaso quién es la primera autoridad civil. Entonces la Secretaría de Seguridad y Convivencia, lo que llama articular no es otra cosa que unirse para reprimir y perseguir, luego la alcaldía pasa a ser un aliado, que los organismos de defensa y de seguridad saben dominar y no les queda autoridad para sentar una posición porque a usted al aliado lo protege y se vuelve cómplice de sus decisiones o acciones. Entonces la lectura de “aliados estratégicos”, es errónea, facilitista y mediocre. Decir que su balance es bueno porque logró sentar a todos a trabajar de la mano es populismo y deberían preguntarse quién se benefició y quién le hizo el juego a quién.

Los Grupos Armados Organizados, debilitados, no. Potencializados, que es una acción contraria al debilitamiento. ¿Cuántos cabecillas capturaron? Ni uno solo. Hubo capturas, sí, en efecto las hubo, pero ¿a quiénes cogieron y dónde están? ¿Entonces, cuál fue la estrategia de pago de recompensas? ¿Por quién se pagó y cuánto? Porque el fenómeno está ahí, en los barrios periféricos, en la zona rural. ¿Cómo se le explica a los samarios que de todas esas capturas enunciadas con bombos y platillos, durante este tiempo de funcionamiento de la Secretaría, las personas estén libres? Por supuesto que no es responsabilidad de la Secretaría, pero como usted no puede cuestionar al aliado, el aliado lo termina usando para entre los dos, dar un parte de tranquilidad. Usted legitima lo que hace el aliado. 

Los Pachencas siguen mandando, son autónomos, libres. Están demostrando que son Estado y que cumplen funciones vitales. ¿O quién arregla los problemas en Guachaca, el Inspector que va medio día los sábados, cuándo no hay operativo o los paras? Y esto es responsabilidad de las secretarías de Gobierno y de Seguridad y Convivencia y de la alcaldía menor. En el Crimen Organizado esta secretaría se rajó. Punto. No hay término medio y la única verdad fue que les quedó grande y dejan una ciudad con el mismo problema con el que la recibieron. La debilitaron, no, prueba de ello, es que cuando les da la gana les elevan los indicadores de homicidios, que por cierto, les va a llegar a 100 y se les puede pasar y eso es gravísimo. Adicional a eso entregan una ciudad con problemas grandes de extorsión, vigilancia comunitaria asociada al paramilitarismo, percepción de inseguridad altísima y amenazas a líderes, pensadores, periodistas y funcionarios. Entregan una ciudad con una Alerta Temprana, emitida por la Defensoría del Pueblo, la 045-18 vigente. Eso no habla bien de la seguridad. 

Llegaron los venezolanos y con ellos la persecución porque estaban robando en una ciudad donde el hurto siempre estuvo presente. Había que crear una cortina de humo y se hizo. No digo que no sean generadores de delitos, lo son, pero no son los únicos. El informe de Santa Marta Como Vamos, nos está diciendo que desde el 2015, la seguridad en Santa Marta, se rajó. Tres años consecutivos, sin contar 2018, que también hasta esta fecha, esta rajada.

La violencia urbana. Tuvimos hechos impactantes, al señor que lapidaron, desarticularon bandas y expulsaron a Assi Moosh, fue un buen trabajo, sí; les faltó, por supuesto. Sentaron a las barras bravas y eso estabiliza un poco la violencia. Pero miremos: hice la juiciosa tarea de ir a los barrios donde se hicieron pactos de seguridad y convivencia promovidos por la Secretaría. Nulos, inoperantes, no funcionales, los dejaron solos, no los volvieron a reunir y no les dieron lo que se les prometió. No sirven para nada y nunca hicieron nada por la seguridad. Entonces decir que se hicieron 20 o 40 pactos, solo le sirve a la Procuraduría para tachar como indicador cumplido, pero eso en la práctica es plata y esfuerzo perdido o para los incautos que caen en la retórica.

Las famosas Alertas Comunitarias. Una muy buena iniciativa y Vecinos Alertas. Nulas, inoperantes, no funcionales, las dejaron solas, borraron la aplicación del teléfono. Entonces, si ustedes nos van a decir que crearon 20 Alertas y 20 grupos de Vecinos Alerta, mejor quédense callados. No pasen pena.

Si atacar la Violencia Urbana, es ir a capturar jóvenes y hacinar las cárceles, en una ciudad con 500 mil habitantes, es no tener planificación de ciudad y carecer de visión. Esto recibe el próximo Secretario de Seguridad, que seguramente va a ser un puesto político, ojalá y no y la alcaldía recupere la autoridad.

Por el momento nos queda esperar y decirle que la retórica funciona con los incautos. Y también que el que quiera PISCC., tengo dos cajas. Alguna vez los montaron en el baúl del carro y ahí quedaron y sinceramente, me llenan mucho espacio en mi biblioteca y prefiero libros de literatura o antropología.