“El domingo hubo un giro inesperado”: Marcela Portillo hace un balance de la Fiesta del Mar

La noche del domingo, Marcela Portillo, quien desempeñó con altura el gran reto de ser la candidata anfitriona de la Fiesta del Mar, tenía cálculos muy positivos, junto a la aspirante de Antioquia, María José Vélez, para que alguna de las dos se quedara con el quepis esa noche, pues ellas habían obtenido los puntajes más altos en las pruebas náuticas. Sin embargo, aquella noche hubo un giro inesperado y la ganadora fue la candidata de Bolívar.

Este es el balance de esta joven abogada, que analiza su experiencia en una entrevista exclusiva con Seguimiento.co:

Hoy, cuando ya se acabó la Fiesta del Mar, ¿qué balance haces de tu experiencia?

Hubo una gran acogida de la gente. Todo el mundo estaba a la expectativa de lo que eran las fiestas este año y, en términos generales, la gente acogió el llamado de este gran convocatoria. En la calle se sentía el ambiente de fiesta, todos los eventos estuvieron llenos y la organización fue buena. Los eventos gratuitos dieron esa sensación de inclusión que se viene manejando para la Fiesta del Mar.

Finalmente ganó Bolívar. ¿Cómo crees que lo hará?

Estoy convencida de que la niña de Bolívar hará un buen papel, siempre fue buena compañera, amplia con todos, tiene muy buenas ideas y estoy segura de que representará muy bien la ciudad.

En la Fiesta del Mar se habla de que se destaca la destreza náutica. ¿Sentiste que sí primó este criterio de calificación?

Creo que fue un conjunto. Se tuvieron en cuenta muchos aspectos, siendo las pruebas náuticas un 50%. Había otro 50% de temas complementarios y cuando todo eso hace una sumatoria, el resultado puede variar a lo que la gente espera. En ese sentido, creo que después de las pruebas náuticas, cuando llega la noche del domingo, hacía que la balanza estuviera inclinada hacia un lado…

¿A qué te refieres cuando dices que la balanza estaba inclinada hacia un lado?

A que la niña de Medellín y yo teníamos los resultados más altos en las pruebas náuticas. Los resultados eran públicos, salieron en una pantalla gigante,  y lo de la balanza lo veíamos en los medios, a través de las redes sociales. Ella (María José Vélez, aspirante de Antioquia) era mi compañera de habitación y me dijo: no sabes lo que acabo de ver: nos nombraban a las dos como las favoritas.

Y ¿cómo manejar esa tensión de tener una compañera de habitación, pero que a la vez la tenías que ver como tu competencia, especialmente cuando las dos figuraban como favoritas?

No se sentía eso en el ambiente. Desde el primer momento nos la llevamos súper bien. No sentimos rivalidad. Si te soy sincera, ella es una niña muy tranquila, ella lo tomó más como una competencia deportiva y, si bien yo lo di todo para ganar, no sentía esa sensación de rivalidad, sino de una competencia sana.

… Pero luego, en la noche del certamen, hubo algo que dio un giro sobre las favoritas. ¿Qué crees que sucedió?

Simplemente todas estaban muy bien preparadas y es una competencia en donde cualquiera hubiera podido ganar; la oportunidad fue para Bolívar y me parece correcto. Por mi parte, lo di todo y lo di de corazón, no me guardé nada para después. Incluso, dentro del mismo certamen, me evaluaba pensando en qué hacer mejor para la próxima pasarela.  

¿Crees que el descache de la candidata de Medellín le costó el quepis?

Sí, probablemente así fue. Creo que le ganaron los nervios. Tuvimos la oportunidad de compartir bastante y ella es una niña pilosa, súper inteligente. La pregunta que le hicieron fue muy directa, mientras que las otras preguntas daban la oportunidad de demostrar una opinión, de hablar un poquito de lo que uno piensa, pero la de ella fue muy puntual y allí ella se bloqueó. Si llegamos al punto específico de lo que hacía falta, del centavo para el peso, ese fue el punto donde ella pudo haber ganado.  

En la Fiesta del Mar no hubo lugar a preguntas al azar. Fueron elegidas directamente. ¿Estás de acuerdo con esa metodología?

Creo que las preguntas fueron parejas y acordes. Uno está más acostumbrada a que las preguntas sean las típicas de sobre cerrado y el romper con eso causa un poco de impacto, no solo para nosotras, sino también ante la opinión pública, pero al analizar las preguntas, uno no ve que hayan sido inapropiadas.

Marcela, eres abogada y con estudios de maestría a punto de terminar. ¿En qué andas y para qué crees que te sirvió esta experiencia?

Estoy a punto de terminar mi maestría en derecho administrativo y eso es realmente en lo que estoy inclinada, en particular hacia el desplazamiento forzado. Trabajo con víctimas del desplazamiento. Y en esta capitanía tuve la oportunidad para conocer más al pueblo, para proyectarme hacia algo que pudiera hacer a través de esto. Mi meta no era solo ganar, sino recorrer un camino, una oportunidad para seguir creciendo.

Cerremos con el episodio de la Armada y la lancha detenida en medio de tu entrenamiento. Durante la Fiesta del Mar preferiste no hablar del tema. Ahora que ya no hay fiesta, ¿crees que la Armada se excede con los deportistas náuticos? Recuerda que mientras a ti te impedían entrenar, a pocos metros personas borrachas saltaban de una lancha poniendo en riesgo sus vidas y a ellos no los requirió la autoridad marítima.

Soy abogada y soy cumplidora de las leyes. Creo que ellos (los Guardacostas) están para eso y todas las personas debemos acatar y respetar las leyes. Yo más bien vi esto como un impase, como una oportunidad para trabajar de la mano con la Capitanía y con la Armada Nacional y realmente que se pueda crear una política pública que incentive la práctica del deporte.

Ellos están en el cumplimiento de su deber y nosotros lo que debimos hacer fue acatar su advertencia, pero creo que es la oportunidad para lograr un acercamiento y que de pronto haya unos espacios para la práctica de deportes náuticos como es el esquí, que realmente requiere una velocidad que quizás no está contemplada para el ambiente donde estamos.

Inca Inca es una bahía cerrada donde se reúne la gente los fines de semana, es complicado ese tema porque todos queremos estar en el mismo lugar. Es una oportunidad para buscar un acercamiento. De manera muy cordial y amable, hemos conversado con ellos, han tenido la mejor disposición de escucharnos y eso es de resaltar.