En estos tiempos de posconflicto, la Policía Metropolitana de Santa Marta sirvió como testigo de un hecho que se convierte en el mejor ejemplo de profesar la paz y la reconciliación: dos familias de Gaira que se venían atacando entre sí, decidieron dejar a un lado el rencor y hacer borrón y cuenta nueva. 

Estas dos familias llevaban varios meses en una disputa en la que comenzaron agrediéndose verbalmente. Pero muy pronto, los miembros de estos grupos pasaron a participar en riñas que no hacían otra cosa que enardecer las retaliaciones.

La situación de alarma se presentó el fin de semana anterior, cuando los miembros de una de estas familias llegaron al extremo de incendiear una vivienda, en la que prácticamente todo se perdió.

Estos hechos salidos de control llevaron a que las autoridades intervinieran y se propiciara una audiencia en la que ambas familias aceptaron haber llegado muy lejos y se comprometieron a un proceso de reconciliación. 

El acto simbólico de no agresión entre las partes se llevó a cabo, en días pasados, en el sector La Quemada de Gaira. En el encuentro, las familias pidieron perdón a la comunidad por las alteraciones de orden público y firmaron un documento en el que se comprometen a no agredirse entre sí, no prestar atención a terceros y, en caso de un inconveniente, involucrar a los líderes comunales como mediadores. 

En este encuentro, la Policía de Santa Marta entregó electrodomésticos, ropa, elementos de cocina y víveres a los miembros de la casa afectada que lo perdió todo.