Indígena wayúu llevó a su hijo a que lo vacunaran y se lo regresaron muerto

La madre ingresó con su hijo de tres meses a la Clínica Anashiwaya para aplicarle al bebé el respaldo inmunológico con las vacunas, según declaran los familiares que hoy narran la tragedia, este estaba rebosante de salud y sin ningún tipo de complicaciones.

Le aplicaron tres vacunas intramusculares y una oral, y aunque el allegado que cuenta la historia no recuerda contra qué era cada una de ellas, señala que pasó un tiempo antes de que los auxiliares que atendieron al niño se lo entregaran a la madre.

La mujer tomó a su hijo y se marchó de la clínica sin percatarse del estado del menor, al llegar a la ranchería Cactus, ubicada en un paraje localizado a un lado de la carretera que conduce de Riohacha a Cuestecita, sobre el kilómetro 16, lo pasó a la abuela, quien de manera inmediata abrió la sábana del niño y al verle los labios pálidos se dio cuenta que está muerto.

El grupo de indígenas regresó con el cuerpo del niño que cumplía este miércoles tres meses de vida, los nativos pese a sus creencias y costumbres no se opusieron a la práctica de la necropsia, sino que fueron ellos mismos quienes la solicitaron para que se pueda tener un diagnóstico exacto de las causas que generaron la muerte del niño, para posteriormente iniciar los rituales previstos en la cultura wayuu para sepultar a los menores de edad.