El pasado 7 de septiembre del año que terminó, Nicolás Lang, un turista argentino de 23 años de edad, cayó de una altura considerable cuando se tomaba una foto en la cascada de Marinka, a 20 minutos de Minca. La caída fue mortal.
El accidente de Nicolás se dio a la 1:00 p.m. de ese día, y desde ese momento comenzó una carrera contra el tiempo para encontrar una ayuda de emergencia. El puesto de salud en Minca no era suficiente y, lo que era peor, no había una ambulancia disponible para transportar al joven extranjero.
Lang murió cuatro horas después en la clínica del Caribe en Santa Marta. Si en Minca hubiese una ambulancia en ese momento, quizás su vida se habría salvado.
Casi cuatro meses después de este hecho, al fin Minca volvió a contar con una ambulancia, la cual fue entregada por el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, al puesto de salud ubicado en ese sector de la ciudad.
“La entrega de esta ambulancia nos permite avanzar y cubrir una gran necesidad que tenia la comunidad de Minca”, afirmó Omar Suárez Prasca, gerente de la ESE Alejandro Próspero Reverend, el día de la entrega.
La ambulancia había sido enviada al taller hace cuatro años y, desde entonces, no había vuelto al corregimiento. Fue por eso que, tras el accidente fatal de Nicolás Lang, el edil de la localidad tres había enviado un fuerte mensaje a la administración distrital: