La multitudinaria marcha de la familia tuvo un episodio que pudo haber pasado desapercibido, si no es por la descripción que hizo la ciudadana Mónica García en el portal las 2 Orillas. Se trata de dos jóvenes de inclinación homosexual, quienes tuvieron la valentía de salir con una bandera multicolor y exhibirla ante los cientos de manifestantes en la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad.

Según narra la testigo de la situación, los jóvenes tuvieron que aguantar, primero, a un hombre que con una bandera de Colombia trataba de taparlos para que no pudieran fotografiarlos, mientras que otras muchas personas les gritaban "¡fuera!", como si se trataran de personas raras e indeseables.  

"Aguantaron que un fanático les echara agua y que una funcionaria de la Defensoría del Pueblo les dijera que estaban provocando a los marchantes y por tanto no debían estar allí. Me impresionó él, especialmente cuando vi las lágrimas correr por su cara en medio de la gente que los rodeaba escupiéndoles su odio", describe la mujer que presenció los hechos. 

Según la denuncia, las varias personas que estaban en la multitudinaria manifestación expulsaron a los jóvenes a "gritos y empujones", ante "la mirada impávida de la Policía, que, como siempre, a través de uno de sus altos rangos (tal vez un sargento) nos pidió “amablemente” y por nuestro bien que nos fuéramos".

"Ellos me hicieron creer en un futuro mejor; uno sin prejuicios, sin iglesias ni rosarios y sin dioses castigadores, intolerantes y sobre todo imaginarios. Ellos me mostraron lo que podría ser un mundo de verdad civilizado", concluye la denunciante.