El Brutal homicidio de Dilceo, el cienaguero al que habían intentado matar 2 veces

Dilceo Luis Ariza Molina nació en Ciénaga hace 37 años y a su edad ya se le había escapado a la muerte en dos ocasiones. Por eso, hace algunos días -exactamente el pasado 3 de noviembre- sus verdugos se aseguraron de que en esta ocasión no fallarían. 

Según la página web del periódico Al Día, Dilceo tenía una vieja rencilla con una persona, que ni sus familiares se atreven a revelar para evitar mayores consecuencias fatales.  Pero esa situación había hecho que al hombre -que residía en el municipio de Soledad, Atlántico- le sentenciaran su muerte.

Dos años atrás, A Dilceo lo alcanzaron a secuestrar durante 24 horas en un sector inhabitado de Soledad. Sin embargo, en aquella ocasión, la Policía logró rescatarlo y con eso, salvarle la vida. 

Algunos meses después de ese hecho, un hombre lo abordó y le disparó en seis ocasiones, pero solo logró impactarlo tres veces. Dilceo también se salvó de esa. 

Sin embargo, a las 3:30 p.m. de aquel jueves, los homicidas del cienaguero marcaron su destino: en tres motocicletas, un total de seis personas llegaron hasta la casa donde vivía, en la calle 57B No. 1D - 07, barrio Villa María, de Soledad.

Según narra Al Día, los hombres irrumpieron hasta el patio de la casa, donde Dilceo organizaba unas cajas de cerveza de un negocio de venta de licores del que vivía. Ahí fue cuando lo rodearon y lo agarraron sin escapatoria: "mírame, que ahora no se te va a olvidar mi cara. De esta no te salvas", dijo uno de los homicidas mientras le disparaba el primer tiro, certero, en la frente. Apenas cayó al piso, el hombre le soltó una ráfaga de disparos.

Sin embargo, para asegurarse de que el trabajo estuviera hecho, el segundo hombre también se acercó y le disparó varias veces, al igual que un tercero que lo remató. En total fueron 15 disparos que recibió.  

A pesar de la gran cantidad de tiros que descargaron sobre la humanidad del cienaguero, Dilceo no murió al instante, alcanzó a respirar por unos minutos, mientras que sus familiares lo llevaban a prisa a un centro asistencial de Soledad, pero fue imposible salvarle la vida. Llegó muerto al hospital. 

Los familiares cuentan que en su huida, los homicidas de Dilceo le dispararon a uno de los hijos de la víctima, de 13 años, que desde un techo les alcanzó a gritar reclamándoles por la muerte de su padre. 

También cuentan en el barrio que los tres motorizados escaparon y se encontraron con una mujer en una cancha para celebrar el cometido.