De los mitos y otros ignorados del Carnaval

En nuestro medio, y en especial en materia de Carnaval y otras fiestas, es dado que se fabriquen ‘mitos’, se echen a rumbear y en un santiamén queden establecidos como hechos irrefutables de la historia.

Pero esa cresta de la ola se da el lujo, por efecto tsunami, de desconocer personajes que sí hicieron historia y que por la poca memoria que poseemos queden, en vida, en el ostracismo, y después de fallecidos, en el olvido.

Sin más preámbulos, como dicen los presentadores de eventos de Carnaval, me refiero a tres de esos personajes que hicieron historia, contribuyeron a fortalecer nuestras fiestas e internacionalizaron el Carnaval en Barranquilla, y que por el bulldozer de los gremios (que convirtieron, durante un largo tiempo el Carnaval en su club privado) fueron desplazados y dejados relegados de los desfiles de las carnestolendas.

Óscar Fernández, Alfredo De la Espriella y Samuel David Tcherassi Barrera, tres personajes distinguidos por los carnavaleros del siglo pasado y el actual, nunca han sido distinguidos con un homenaje o mención durante las carnestolendas.

Óscar Fernández, gran señor, se empeñó hasta lograrlo, en reorganizar y consolidar la Gran Parada, tras desempeñarse como presidente de la Corporación Autónoma del Carnaval. Con su gran figura, encabezaba estos desfiles y le daba forma a ese río humano y danzante donde se exhibía lo mejor de nuestras danzas, cumbiambas y disfraces.

Don Alfredo De la Espriella, gran cronista de nuestras fiestas (con o sin documentación que lo sustente, que es otra discusión). El director del Museo Romántico publicó libros, creó salas dedicadas al Carnaval y organizaba el Bando de Antaño desde su legendario museo, casi siempre sin apoyo oficial alguno, sino con el respaldo de amigos y verdaderos carnavaleros.

Desde su Museo trabajó por mantener viva la memoria de nuestras fiestas. Aún recuerdo sus Bandos, llenos de picardía, sátira y mucho humor. Pero de un carnaval a otro fue desplazado y esa tarea se la encargaron a académicos, sin pizca de jocosidad, quienes convirtiendo los Bandos en mandatos acartonados.

Samuel David, nuestro inolvidable amigo, ‘Sacúdete zapato viejo’, fue pionero en inmortalizar nuestras danzas, cumbiambas, disfraces y personajes del Carnaval, en bellas fotografía y libros de lujos, de cuya primera edición me dio el placer de escribir sus textos. Cuando era Secretario Distrital de Cultura fue ‘descabezado’ del cargo por petición de los gremios atornillados en la junta directiva de Carnaval SA, por salir en defensa de los hacedores de nuestras fiestas.

No conozco (espero que no me falle la memoria) mención, homenaje, tributo, o dedicatoria, en el marco del Carnaval en Barranquilla a estos tres personajes.

En cambio se ha pregonado que ciertos personajes han sido carnavaleros y por ello han sido objeto de toda clase de homenajes y reconocimientos. Mi memoria me recuerda que esos personajes, en época de la fiesta, viajaban raudos a Miami, para escapar del mundanal ruido y del río humano, que semeja un barco ebrio, que desfila por la Vía 40.

La frase que hace carrera, de que ‘en Carnaval todo pasa’ es válida para justificar ciertos hechos irrelevantes, pero no para sepultar en el olvido a los  verdaderos personajes, crear mitos con otros, falsificando la historia.

Estamos en mora con ellos, con sus familias, carnavaleros y la historia. ¡Qué así sea!